29 abr. 2025

A esta hora exactamente hay un niño en la calle

Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman

“Pobre del que ha olvidado/ que hay un niño en la calle...”. (Armando Tejada Gómez).

El chico estaba allí, tirado sobre la vereda de la calle Brasil y Acá Yuasá (18ª Proyectada), en el barrio Obrero de Asunción, en la mañana del último miércoles de febrero, completamente dopado. No tiene más de 15 o 16 años de edad.

La gente pasaba y lo miraba con pena, pero nadie hacía nada. Hasta que una chica adolescente, de unos 13 a 14 años, vestida con el atuendo deportivo de algún colegio, cruzó la calle con un par de sándwiches en una bolsita y un vaso de café con leche, aromático y humeante. Se acercó temerosa, le habló, pero él no reaccionó. Bajó el café y los sándwiches a su lado.

Fue cuando me aproximé y me preguntó: "¿Será que va a encontrar el café cuando se despierte?”. Le dije que sí y ayudé a acercar un poco más el desayuno. Traté de despertarlo, pero no respondía. Comprobé su aliento. Respiraba bien, solo que estaba muy drogado. Ella quería hacer algo más por él, pero no sabía qué, no sabía cómo...

Los miré a los dos. Casi tienen la misma edad, pero están separados por un abismo social. Ella tiene un hogar, un colegio, cariño familiar y oportunidades. Él solo tiene la calle... ¿Cómo unir esos mundos? ¿Cómo darles a los dos las mismas oportunidades?

Ella lo había visto tirado en el piso. Ha sentido pena por él, ha preparado los sándwiches y el café, venció sus temores y prejuicios para acercarlos.

Fue solo un gesto mínimo, una gota en el mar, una acción que no resuelve el problema de fondo... pero en esa mañana, ver de cerca ese lindo gesto me aportó un luminoso destello de esperanza.

Conté esta historia en las redes sociales y la gente la compartió, la multiplicó, aportó ideas y propició un gran debate, pero nada cambia. El chico está allí, tirado en esa o en otra vereda. Los sándwiches se han enmohecido, el café se ha enfriado o se ha volcado. Nada cambia.

Me dirán que es un problema viejo, y sí. Pero crece cada vez más. Chicos y chicas drogados, tirados en las calles, durmiendo sin despertar, se han vuelto parte de nuestro paisaje urbano. Pasamos a sus lados sin verlos. Se han vuelto invisibles o queremos creer que lo son, así no nos incomodan. Ojos que no ven, corazón que no siente, conciencias que duermen.

En plena campaña electoral, los candidatos no hablan del tema. O si hablan, lo hacen de manera genérica. ¿Como solucionar el problema de los niños en situación de calle, si no solucionamos la miseria, la corrupción, la desigualdad social, la falta de educación, la falta de salud, la falta de fuentes de trabajo...?

“A esta hora exactamente hay un niño en la calle”, canta La Negra Sosa, seguido de un duro poema de René Pérez, cuando integraba Calle 13.

A ver si nos enteramos...