Campesinos, indígenas, ribereños y religiosos cuestionaron a la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) y al Gobierno de Horacio Cartes por no incluir dentro del programa de la visita de Francisco un encuentro más cercano con los sectores más vulnerables, para reflexionar con sus representantes sobre la preocupante situación por la que atraviesan.
Sin micrófonos ni parlantes, a un costado de la explanada de la Catedral Metropolitana, ayer, el jesuita Francisco de Paula Oliva, el dominico Pedro Velazco, la religiosa Margot Bremer y Roquefelia Agüero, representante de adultos mayores de la Chacarita, y Luis Aguayo, dirigente de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC), lamentaron las omisiones dentro del programa de la visita papal.
El encuentro de Jorge Bergoglio con 3.400 representantes de la sociedad civil el próximo 11 de julio en el León Coundou fue el más criticado. Aguayo dijo que ese día solo se “calentarán sillas”. “Está bien marcar presencia, nosotros queremos participar, es decir, hablar de nuestros problemas”, comentó el dirigente.
Las autoridades que recibirán al Papa –declara Aguayo– no representan al campesino, al trabajador o al indígena. Más bien representan y responden a latifundistas, ganaderos, narcos y sojeros; que representan la impunidad de 150 líderes asesinados en 23 años de democracia y a quienes se apropiaron de cerca 13 millones de hectáreas, dijo.
molestia. El pa’i Oliva puso en duda que Francisco a propósito haya dejado de lado a los desposeídos de la sociedad. Dio a entender que en Paraguay, a diferencia del recorrido que hará el Papa por Ecuador y Bolivia, se dejará de lado a los sectores populares porque se quiere “camuflar una realidad”.
Para este jesuita, al Gobierno no le interesó que el Pontífice vaya a Arroyito (Concepción), donde habita un pueblo muy oprimido. “Creo que el Papa es lo suficientemente inteligente para que en cada país hable con quien lo necesita”, afirmó Oliva.
Consideró que en vez de la Celebración de las Vísperas (encuentro con religiosos) en la Catedral, el sábado 11, se pudo haber agendado un encuentro con los indígenas y campesinos, o tal vez otorgarles una hora de audiencia con Francisco después del encuentro de representantes en el León Coundou.
pedido. Hace tres meses este grupo de religiosos, campesinos y laicos solicitó a la CEP que se le dé en el programa de Francisco prioridad a los indígenas, a los campesinos y a los pobres urbanos. “Nos dijeron que el programa era intocable”, lamentó el padre Pedro Velazco.
Oliva dijo no creer en la versión de que “por orden superior” la agenda de Francisco sea muy ajustada y contenga actos innecesarios. Afirmó –haciendo alusión al nuncio y a la CEP– que no cree en los intermediarios del Vaticano.
El pronunciamiento de los religiosos se dio un día después de que el nuncio apostólico Eliseo Ariotti destacara, según comentó el canciller Eladio Loizaga, el gobierno de Cartes.