EFE
Una novela que es reflejo de lo que sucede en México y en todos los países de habla hispana. “Sigue la corrupción, sigue la impunidad y es curioso cómo la intolerancia se ha recrudecido desde hace cinco años y medio que empecé a escribir hasta ahora”, señala Arriaga en Madrid, donde este martes presenta una obra que le ha valido grandes críticas y que en México ya ha agotado la primera edición.
“El salvaje” (Alfaguara) cuenta la historia de Juan Guillermo, que a sus 17 años se tiene que enfrentar a la muerte de su familia, mientras en Canadá, un cazador -Amaruq- persigue a un lobo. Y entre una y otra historia, introduce pequeñas leyendas a modo de prefacio de lo que está por venir.
Un libro muy realista -"quiero que el lector sienta que el que escribe sabe de lo que está hablando"- pero con un fuerte lado espiritual, pese a que Arriaga asegura ser “muy ateo”.
“Vivencial” más que autobiográfico, como le gusta calificarlo al autor, que reconoce que es su historia más personal, la que tiene más de sus experiencias, de sus vivencias y de personajes inspirados en su familia o amigos.
Es el caso Carlos, hermano del protagonista y, en muchos aspectos, un espejo de su padre, también llamado Carlos y que a sus 93 años ha decido empezar a escribir.
Arriaga ha heredado de él su inquietud intelectual, su energía, su pasión y su determinación por hacer lo que le gusta.
“Soy un contador de historias”, ya sea en cine o en novela, señala Arriaga, a quien le gusta el lado colaborador que encuentra en la dirección de cine -"Lejos de la tierra quemada” (2008)-. pero que tras las buenas críticas y la satisfacción personal que le ha supuesto escribir “El salvaje”, asegura que quiere centrarse en la literatura.
Tiene muchas ideas -"necesitaría seis vidas para escribir todas las historias que tengo en la cabeza"- que por ahora prefiere plasmar en libros, aunque no descarta regresar al cine. Aunque -agrega- “solo escribiré para aquello que dirija”.
Y declina con un rotundo pero amable gesto hablar de su colaboración con Alejandro González Iñárritu, con quien hizo como guionista “Amores perros”, “21 gramos” y “Babel”, una relación que no finalizó en los mejores términos.
Pero sí mantiene el contacto con el cine. A través de las historias que escribe para los cortos que empiezan a dirigir su hija mariana y su hijo Santiago, o como productor de películas como “Desde allá", del venezolano Lorenzo Vigas, con quien estará en la gala de los premios Goya del próximo sábado, con la aspiración de llevarse el galardón a mejor película iberoamericana.
Incansable, aunque nadie lo diría por su delicada y pausada forma de hablar, Arriaga no paró de trabajar en proyectos paralelos -desde dirigir un segmento para la película “Words with Gods” a enseñar cine a aborígenes australianos- mientras escribía “El salvaje”, un libro cuya idea le rondaba en la cabeza desde adolescente y que tardó cinco años y medio en escribir.
Lo fue escribiendo allá donde se encontraba en cada momento y fue introduciendo elementos que iba encontrando en sus viajes por España, Brasil, Australia, Rumanía o Serbia.
Porque cuando empezó a escribir solo tenía en la cabeza la primera página del libro. Las restantes 693 fueron surgiendo en el propio proceso de escritura. “La vida exterior trajo la vida interior al libro”, asegura.
Un libro que se presentó en las ferias de Monterrey y Guadalajara y que tras España, Arriaga llevará a Colombia, Argentina, Italia, Francia, Alemania u Holanda.
Y resalta, sin disimular su orgullo, que “El salvaje” se va a traducir incluso al chino y que en la Feria de Fráncfort hasta hubo subastas para ver qué editorial se quedaba con los derechos para determinados territorios.
Está tan satisfecho de la experiencia que ha decidido decantarse por la literatura frente al cine, al menos por ahora.
Porque, explica, es un escritor lento, le gusta hacer muchas cosas -"mi vida es muy divertida y este año va a estar bastante movido con la novela"-, y levantar una película le lleva mucho tiempo. “Así que tengo que pensar muy bien qué voy hacer porque no me quedan tantos años”, afirma sonriente.