ENCARNACIÓN
Vecinos del barrio Santa María de la ciudad de Encarnación avisaron a los bomberos sobre la presencia de una enorme anaconda amarilla o curiyú (Eunectes notaeus). Se trata de una especie de anaconda, de la familia boidae, nativa del centro de Sudamérica. En idioma guaraní es llamada: mbói kuriju.
Los bomberos intervinientes atraparon a la víbora, y en el mismo vehículo autobomba en el cual llegaron trasladaron al reptil hasta las instalaciones del Zoológico Privado Juan XXIII, en donde se les da refugio a los animales heridos o cuya vida corra peligro.
La víbora, asustada, se enroscó a una columna, y allí fue vista por los vecinos que alertaron a los bomberos. “En varias ocasiones hemos intervenido ante el llamado de las personas que saben que vamos a cuidarlas y trasladarlas a un lugar seguro. Como todo lo que es víbora el hombre tiene miedo y mata, nos apresuramos e impedimos que el reptil fuese herido”, manifestaba Jorge Cataldo, bombero voluntario.

Luego de atraparla, la colocaron en una bolsa de arpillera y la trasladaron hasta las instalaciones del zoológico privado, en donde se encuentran otras 8 a 10 de la misma especie, algunas del doble de su tamaño. “Ha de tener no más de 4 años, todavía es pequeña, llegan la mayoría traídas por los bomberos y las ponemos en cautiverio, dándoles de comer y aguardando la posibilidad de poder devolverlas a su hábitat natural”, manifestaba el encargado del lugar, Ignacio Noguera.
Según testimonios, la curiyú, al ser inofensiva para el ser humano y alta depredadora de roedores, ha sido tradicional tener al menos una viva en las fincas, para combatir plagas de ratas y roedores “domésticos” similares.