CIUDAD DEL ESTE
Es imparable la línea ascendente de denuncias y consultas con profesionales de la salud por los casos de violencia intrafamiliar. En la mayoría de los episodios, las víctimas son mujeres y niños, quienes sufren traumas que arrastran de por vida.
El Centro Regional de Mujeres reveló una estadística de 1.700 casos atendidos desde el año 2012, con su seguimiento a las víctimas, que incluye una contención sicológica, albergues y un acompañamiento a su denuncia contra el agresor.
Este año tienen registradas 400 denuncias, con un promedio de 30 casos por mes. Al respecto, la abogada Carolina Ramírez, titular de la dependencia, dijo que hay casos de víctimas que recurren a las sedes policiales, el Juzgado de Paz o el Ministerio Público, directamente. En efecto, la semana pasada, la fiscala Carolina Rosa Gadea recibió en un plazo de siete días, 23 casos de violencia intrafamiliar, de los cuales dos de los denunciados fueron privados de su libertad e imputados.
En ese periodo de tiempo también se registraron casos de denuncias mutuas, esposa y marido que recurrieron al Ministerio Público para denunciar los casos de agresión física y verbal, principalmente.
En el sector privado, las denuncias en consultorio revelan que de 10 pacientes, 8 son por casos de violencia intrafamiliar y se dan a diario, pero en mayor número, luego de un fin de semana o un feriado prolongado, ya que contribuye para una mayor ingesta de alcohol, lo cual conlleva a los actos de violencia contra los miembros de la familia.
Ese grupo es más reacio a denunciar los casos de violencia, por temor a las reacciones de la sociedad y las consecuencias que pueda tener en lo laboral y otros ámbitos, por la exposición del agresor ante autoridades policiales, Ministerio Público y medios de comunicación.
LAS CAUSAS. De acuerdo con la apreciación de la sicóloga Perla Galván, la cuestión económica y la falta de diálogo son las causas principales de la violencia intrafamiliar, “ya no hay tiempo para la familia; por un lado, los hijos, y los padres, por otro”, reveló.
En lo económico, según Galván, la poca paga o un brusco bajón en los ingresos del o la cabeza de familia suelen contribuir a reacciones violentas contra la pareja, los hijos y otros miembros.