Uno de ellos volvió este año, después de más de un lustro de ausencia, convencido de retomar la carrera al ministerio sacerdotal. Vaya regreso el de Mario González, quien luego de dejar el seminario, se recibió en 2014 de chef profesional en Buenos Aires, donde residió tres años.
Tocado por el don del canto y la composición musical, desde su vuelta, tuvo la intención de crear con otros hermanos suyos un conjunto coral.
Causa furor. La canción que compuso Solo te pido, Chiquitunga del Paraguay, no solo quedó entre los cinco temas de alabanzas para el día de la beatificación de la carmelita. Antes, traspasó fronteras hasta llegar a África, donde lo entonan niñas y adolescentes de un orfanato.
A Mario le sorprendió que su haya viralizado de tal modo en las redes sociales. Ni qué decir que haya causado furor en una isla centroafricana de Guinea Ecuatorial, de la mano de una monja paraguaya. Como ese país fue colonia española, a sus habitantes no les costó entonar la canción.
Cuenta que una semana antes de que cierre el concurso, recibió la invitación de participar. Como Mario ejecuta la guitarra y el piano, le resultó fácil sacar una melodía. Solo le faltaba la letra. Les conminó a sus hermanos a que escribieran algo y pronto obtuvo retorno, pero solo uno de ellos le acercó varias obras sobre la carmelita. Leyó de un tirón y como uno de los requisitos del concurso era usar frases de Chiquitunga, rimó los dichos de la venerable y compuso la canción.
A instancias de sus superiores, armaron el coro San Efrén, integrado por 19 seminaristas diocesanos. “Solo te pido amor para amar, es una frase de ella –recalca–. Estrella del mar, dice y algunos compañeros me dijeron que nosotros no tenemos mar; me refería a la figura del carmelo, porque uno de los títulos de la Virgen del Carmen es estrella de mar”, explica al consignar que la inclusión de la última estrofa en guaraní fue sugerencia de un seminarista de Carapeguá.
Se emociona –refiere– cuando los fieles les revelan sus expectativas. “Soy el mayor del grupo –tiene 36 años–, la mayoría tiene de 25 años para abajo y nos dicen: ‘Vemos esperanzas en una nueva curia, que se puede mejorar”, relata sin ocultar que llegó hasta las lágrimas. “Apostar a la música, al arte y al deporte es una apuesta al cambio”, sostiene.
En un futuro cercano se ve evangelizando con la música como en otros países. Considera que la canción que hizo confirma su vocación y siente que dentro suyo es “una llamada a llegar a ser un músico del Señor, a realmente poder evangelizar con la música”, dice y señala que “hay sacerdotes cantautores en Brasil que hacen conciertos”, inclusive.
Se siente parte de la renovación que vive la Iglesia paraguaya. “Veo, siete años después que vuelvo, una gran diferencia y que es fruto del proceso de otra gente porque muchas veces uno tiene la idea de mejorar, pero las condiciones no se dan”, apunta.
Se tomó su tiempo para retomar el camino al sacerdocio porque debía “quemar etapas”, indica y comenta que hasta compartió un amorío con una chica. “No es que yo estoy acá porque soy gordo y feo”, lanza en tono de broma.
BEATIFICACIÓN. Los servidores que estarán en la celebración de beatificación de Chiquitunga ayer participaron de un encuentro de capacitación en la parroquia Virgen del Rosario de Lambaré y en el Santuario Joven de Schoenstatt y hoy harán el primer simulacro del operativo, ya que el 23 de junio las tareas se extenderán de 10.30 a 19.30. Para esta noche se tiene previsto el concierto Beatus Vir, que ofrecerá la orquesta Sonidos de Paraqvaria y el coro Ars Canendi, en homenaje a María Felicia de Jesús Sacramentado. Empezará a las 19.00, en la Catedral Metropolitana de Asunción, con acceso libre y gratuito. Mañana se podrá disfrutar de la obra teatral sobre la vida de Chiquitunga a las 19.00, en el Gran Teatro Benedicto XVI del Seminario Metropolitano. Las entradas serán de G. 30.000.
Me siento parte de la renovación. Creo que esta experiencia, terminemos o no como sacerdotes, nos va a ayudar a todos.
En este tiempo en que la Iglesia está viviendo tantas penurias (en el plano vocacional), es necesario que estemos sanos. Mario González, seminarista diocesano.