Ocurre que la propia universidad admite en su pedido de reconsideración –que presentó la semana última para evitar la intromisión del Cones– “la no tenencia del convenio de pasantías para las carreras de grado en el área de Ciencias de la Salud”, reza parte de la Resolución 291/17 del órgano rector por la cual se ratifica la intervención iniciada el lunes pasado (ver facsímil).
El único convenio que presentó –bajo declaración jurada– al Cones data del 10 de junio de 2009 e indica ser para prácticas supervisadas de pregrado. Carecer de acuerdos interinstitucionales –cuya renovación es anual–, sea con el Ministerio de Salud Pública (MSP) o con alguna institución privada, significa la ausencia de evidencias de que los alumnos aplicaron sus conocimientos técnicos y académicos unidades de práctica para titularse como médicos o enfermeros.
UPAP tuvo su primera promoción de graduados en Medicina en 2016. Un total de 121 estudiantes se recibieron sin que la carrera haya superado siquiera el proceso de evaluación diagnóstica, en 2013, ante la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (Aneaes).
Sin embargo, los diplomas fueron registrados por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y parte de ese grupo, ahora, quedó en suspenso para ser registrado en el MSP, a raíz de la intervención.
Respecto a Enfermería (sede Asunción) el año pasado rebotó su acreditación. Uno de los motivos por los cuales una carrera no supera las pruebas de calidad es el incumplimiento de la carga horaria exigida.
La universidad este año volvió a inscribir varias ofertas académicas en la Aneaes para evaluación diagnóstica, incluyendo Medicina, que debería someterse al segundo paso, el proceso de acreditación. Esto pone en evidencia a la UPAP, que “viene pateando” este proceso de control de calidad, el cual es obligatorio por ley.