“En los últimos cinco años en Uruguay, las mujeres fueron ultimadas en primer lugar a manos de una pareja y en segundo lugar a manos de un familiar”, dijo la autora del estudio, Paula Coraza.
En concreto, el estudio refleja que 68,7 % de las mujeres asesinadas en ese periodo de tiempo ocurrieron en el ámbito doméstico, entendido este como los homicidios de menores de 18 años a manos de sus progenitores, los perpetrados por personas con las que la víctima tuvo alguna relación sentimental y aquellos materializados por quienes convivían con la asesinada en el momento del suceso.
Los datos enteros indican que en 2012 fueron asesinadas 24 mujeres en el ámbito doméstico, mientras que los hombres fueron 18; en 2013 fueron 25 mujeres y 12 hombres; en 2014 la cifra fue de 21 mujeres y 11 hombres; en 2015 de 29 mujeres y 12 hombres, y en 2016 de 24 mujeres y 14 hombres.
En cuanto a los porcentajes concretos según el vínculo de la víctima con el homicida, 54,2 % de las mujeres fueron asesinadas por su pareja o expareja, 3,4 % por su padre o su madre, 6,7 % por su hijo o hija, 10,1 % por otro familiar y 11,2 % de los feminicidios tuvo como autor a un amigo o conocido de la víctima.
Por contra, 12,3 % de las mujeres fueron asesinadas por personas con las que no tenían ninguna relación, mientras no hay datos para los restantes 2,2 % homicidios.
La investigadora contrastó estos porcentajes con la situación de los hombres, ya que en el caso de ellos, 60 % de los varones asesinados son conocidos y amigos, y 23 % sucede en manos de desconocidos.
Además, en el caso de los varones asesinados, 3,3 % fue ultimado por su pareja o expareja, 1,1 % por su madre o padre, 2,7 % por su hijo o hija, 3 % por su hermano o hermana, y 4 % por otro familiar, mientras que no hay datos para los restantes 4,3 % de homicidios de ese periodo.
Coraza expresó que teniendo en cuenta la distribución entre Homicidios a Mujeres en Manos de su Pareja (HMP) y la convivencia entre ambos, 83 % de los casos “consumaron la experiencia de vivir bajo el mismo techo”.
“Los que convivían al momento del incidente son los que más se suicidan al momento del hecho”, añadió.
Asimismo, la autora destacó que los femicidios ocurren a mujeres “entre 31 y 40 años de edad” y los autores “no suelen tener antecedentes penales por conductos violentas”, aunque esto se compara con que cerca del 80 % de las mujeres asesinadas no efectuaron denuncias por violencia doméstica.
“La convivencia fue crucial para determinar las diferencias entre los HMP, eran clara las diferencias entre las personas que convivían al momento del hecho, las que convivieron con anterioridad y las que no convivieron” explicó.
En tanto, el director general de Secretaría del MI, Charles Carrera, manifestó que una investigación de este estilo es “necesaria” porque muchas veces se dan debates en la sociedad uruguaya “sin fundamentos científicos” sobre la realidad y el problema.
Además, Carrera expresó que es “evidente” que debe aprobarse de manera “urgente” el proyecto de ley integral sobre violencia basada en género, ya que, según el jerarca, será una herramienta “importantísima” para fortalecer el acceso a la Justicia, mejorar las medidas de protección a testigos y víctimas, entre otras cosas.
Para este año, Carrera explicó que se hará hincapié en la ampliación del sistema de tobilleras electrónicas por casos de violencia de género y se mejorará la infraestructura para atender a las víctimas de este tipo de delitos.
Con respecto a ello, declaró que desde el MI están proponiendo la creación de una aplicación que tenga “un botón de seguridad” para proteger a aquellas víctimas en las que el juez haya dispuesto una medida cautelar a la tobillera electrónica ya que tienen claro que el Estado uruguayo tiene allí “su mayor debilidad”.
“Es un instrumento para los casos que no están en los programas de tobilleras pero el ofensor tiene prohibido acercarse a la víctima la aplicación permitirá realizar un pedido de ayuda rápido, sencillo, y con una respuesta policial prioritaria”, concluyó el jerarca.