Sueño cumplido para Gustavo Morínigo. El nuevo entrenador de Cerro Porteño no dejó de mostrarse sonriente en la presentación realizada ayer por el presidente de la entidad azulgrana, Juan José Zapag.
Las urgencias del Ciclón hicieron que la dirigencia consiguiera un entrenador nuevo y fue así que en menos de 24 horas el finalista de la Libertadores 2014 (Nacional) puso la firma hasta diciembre.
ERA LO QUE ESPERABA. Las ganas de dirigir a Cerro Porteño eran inmensas para Morínigo. “Era un sí que estaba esperando hace rato, era un desafío para mí, en la Selección di todo, dije no a otros clubes porque no me parecía y quería este desafío. Es un sueño cumplido, mío y de todo mi equipo de trabajo”, apuntó.
“Como lo dije en Nacional alguna vez, vamos a jugar la final de la Copa, a eso voy, y para eso necesitamos mucho esfuerzo, tenemos plantel, el apoyo de los directivos y la gente. Estoy confiadísimo en lo que podemos hacer en Cerro”, resaltó Morínigo.
QUIERE SER RECORDADO. La Copa fue el tema recurrente en la primera conferencia de prensa. Las exigencias apremian, porque Cerro debe ganarle a Santa Fe el miércoles para seguir con vida en la Libertadores.
“Queremos ser un cuerpo técnico que sea recordado el día que nos vayamos de Cerro, muy bien recordados”, expresó el adiestrador que hoy, desde las 7.30, comienza a entrenar en el Parque Azulgrana con miras al juego de mañana ante Guaraní.
La esperanza y convicción se le notaban a Morínigo en su tono de voz, demostró que llega con ganas de hacer cosas grandes y aprovechar el plantel que tiene en sus manos. Aunque sí remarcó que la disciplina y su forma de tratar a los jugadores no cambiarán.
LA MISIÓN. Pese a no mencionar el nombre de César Farías, Juan José Zapag, previo a la presentación de Morínigo, deslizó varias frases criticando.
“Tuvimos algunos altibajos. El compromiso es que hagas rendir a este plantel de la mejor manera, es lo que espera el pueblo cerrista y no lo ha conseguido todavía. Eso queda a tu cargo”, le dijo el presidente de Cerro a Morínigo antes de dejarlo hablar.