“Creo que El Supremo se sale de ese género y es la novela más completa de las de dictadores, porque de lo que Roa habla es del poder absoluto”, señaló Flecha.
Publicada en 1974, Roa Bastos afronta la novela estando exiliado en Argentina y subyugado por la figura de José Gaspar Rodríguez de Francia, el dictador perpetuo de Paraguay, donde gobernó desde 1816 hasta 1840.
Según Flecha, ambos estaban destinados a encontrarse, debido al gran conocimiento que tenía Roa de la historia paraguaya y de Rodríguez de Francia. El crítico aclaró que Roa Bastos fue más allá de la mera biografía histórica para situarse en un terreno entre la historia, el ensayo y la mitología, en lo que define como una “obra polifónica”.
“La novela cabalga sobre la historia de Paraguay, pero no es historia. La historia está respaldada por la documentación histórica exacta, pero en esa documentación hay flancos que pueden ser llenados por el escritor, y en el caso de El Supremo se cuenta mejor la realidad”, indicó Flecha.
Ese viaje a lomos de la historia fue también utilizado por Roa Bastos en Vigilia del almirante, novela de 1992, en la que se adentra en los recuerdos de Cristóbal Colón.
Para Flecha, el resultado es una novela “que conmovió a toda la literatura”. “Es su obra más citada, más conocida, y tiene alrededor de 25 traducciones. En el 2000 el New York Times hizo una lista de las obras más importantes del siglo XX y ahí figuraba El Supremo”, recordó Flecha.
Conferencias, encuentros y un concurso de guiones cinematográficos componen el Año del Centenario de Augusto Roa Bastos, un programa para conmemorar los cien años del nacimiento del escritor paraguayo (1917-2005), Premio Cervantes 1989. EFE