Ocurrió el pasado sábado 23 de noviembre en el barrio Villa Aurelia, comentaron a Telefuturo los padres del niño Mónica Bazán y Óscar Benítez.
Según el relato de ambos, el cura párroco Marcelino Brítez se mostró escandalizado al ver que el padrino tenía un piercing en la ceja.
Inmediatamente comenzó a recriminar desde el púlpito y dijo que en su altar no bautizaría al chico.
Con tristeza, comentaron que llamaron a una abogada, quien se mostró extrañada por el hecho. Luego el religioso tomó el teléfono y denunció a la policía que una persona se encontraba armada en el pasillo de la iglesia.
“Lo que tenía que terminar con un lindo brindis, acabó en la comisaría, fue un mal rato que no nos reembolsará más nadie”, señaló Óscar Benítez, padre de la criatura.