La festividad religiosa aglomeró a los más pequeños y jóvenes desde el Jueves Santo. La tradicional vigilia pascual se vivirá esta noche en varias instituciones para recibir con júbilo, a la medianoche, la resurrección de Jesús. El Viernes Santo fue una jornada tranquila marcada por la oración. El canto y el baile fueron reservados para el Sábado de Gloria.
FIESTA PASCUAL. Más de 500 jóvenes se congregaron ayer en la Parroquia Domingo Savio de Fernando de la Mora que ofreció un espacio de reflexión, por ser Viernes Santo. En horas de la tarde se desarrolló el tradicional viacrucis para cerrar la jornada.
“En esta parroquia nos caracterizamos porque siempre es animado, pero intentamos que el viernes sea más tranquilo”, explicó Richard Hains, coordinador, al referirse al ambiente silencioso que reinaba en horas de la mañana. Con el lema Cristo Resucitado fortalece a nuestra familia y a nuestra juventud, los jóvenes se distribuyeron en 21 grupos para debatir y reflexionar.
Con juegos dinámicos, oración al Santísimo y charlas se entretuvieron ayer 70 niños en el colegio Salesianito. La jornada marcada por la muerte de Jesucristo se desarrolló entre oraciones. El encuentro continúa hasta el domingo a las 12.00 con las Pascuas de Resurrección con la búsqueda de los Huevos de Pascuas, comentó Luján Melgarejo, coordinadora.
“Dios está presente en todos los momentos de nuestras vidas”, es la frase que utilizan para motivar a los más chiquitos a participar de las actividades religiosas ante el avance de la tecnología. A veces se usan computadoras, otras se dejan de lado y se enseñan los juegos tradicionales, dijo.
Los 30 participantes en la Parroquia Cristo Rey, alumnos de la institución, cerraron ayer la jornada con visitas a los internos del Penal de Tacumbú, a los internados en el Hospital Neurosiquiátrico y un hogar de ancianos.
“Reflexionamos sobre la experiencia de Jesús hoy. Tratamos de llevar ese compromiso de Jesús y que los jóvenes sientan el llamado de Jesús para comprometerse con la sociedad. Para los ignacianos es imposible creer en Dios y no comprometernos con la trasformación de la sociedad”, resaltó Gustavo Zenteno, coordinador.