Por medio de un comunicado, esta organización explicó que la placa de bronce instalada en el colegio años atrás tenía como objetivo homenajear a Alfredo Stroessner.
"Ésa es una de las tantas placas que obligatoriamente por orden del régimen se ponían en los establecimientos públicos e, incluso, privados (...) no tienen valor histórico ni cultural y representan el legado de una dictadura que asoló al país durante casi 35 años y que dejó miles de víctimas, exiliados y más de 400 desaparecidos”, aseguran.
“La tarea de los jóvenes que se han movilizado en búsqueda de auténticas reivindicaciones para el sector educativo tienen que ver con la creación de una cultura de paz, de valores democráticos y de un nunca más a la dictadura”, señalan.
Mencionan además que la acción de los estudiantes está amparada por las recomendaciones de la Comisión de Verdad y Justicia, ente oficial creado por ley del Congreso, que examinó durante cuatro años (2004-2008) los crímenes de la dictadura.
“La acción está plenamente fundamentada, en consonancia con lo dispuesto por la Comisión de Verdad y Justicia (CVJ) y la Constitución Nacional”, explican.
En este sentido, recuerdan que según el artículo 16 de las recomendaciones de esta comisión, se establece “desmantelar monumentos públicos y eliminar nombres (...) de personas consideradas como responsables de violaciones de derechos humanos”.
El informe final de la CVJ fue entregado en 2008 a los representantes de los tres poderes del Estado. Los mismos habían asumido el compromiso de no repetir actos que reivindicaran la dictadura.
Antecedentes
No es la primera vez que se remueven estos monumentos. Una placa similar instalada en el edificio central del IPS fue retirada en 2009 por decisión de las autoridades de la institución por representar valores antidemocráticos y reivindicativos de la dictadura.
A ello deben sumarse acciones anteriores, como la del entonces intendente de Asunción Carlos Filizzola quien tomó la decisión, con el apoyo de la ciudadanía, de retirar del Cerro Lambare la estatuta de Alfredo Stroessner y, en otras ciudades, los bustos de dictadores como el de Anastasio Somoza (Nicaragua, 1925 - Asunción, 1980).