Uno a uno, separan y seleccionan por colores los miles de rosarios que llegan enmarañados de los lugares más impensados donde hay devotos de la venerable María Felicia de Jesús Sacramentado, cuya beatificación se daría en marzo. De Argentina, España, Italia, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, etc., llegan paquetes de los fieles con sus intenciones.
Ya se superó la cantidad inicial, de 20.000 rosarios, solicitada para crear el cuadro con el rostro de Chiquitunga, para el altar que se montará por su beatificación. “Una de las tareas más arduas es desenredar los rosarios; vienen todos juntos y es un trabajo que ocupa tiempo”, cuenta Koki Ruiz, el artista elegido por las hermanas carmelitas para la obra.
Del último paquete grande que retiró el miércoles pasado del Convento de las Carmelitas Descalzas, todavía no pudieron terminar de desenrollar y seleccionar junto al equipo que trabaja en su taller ubicado en San Ignacio, Misiones.
Allí cuentan con alrededor de 10.000 rosarios. El fray Carlos Medina, de la Orden de los Carmelos Descalzos, revela que terminaron de contar 8.500 ejemplares a ser enviados al artista. Y Nancy Melgarejo, quien administra dos grupos en Facebook con casi 50.000 seguidores de la venerable, asegura que posee al menos 5.000 rosarios que ella misma se encargará de llevar a Misiones el mes entrante.
Rosarios marrones y blancos son los que más precisan. Pero ninguno, incluidas las cartas de los fieles, se desperdiciará, según cuenta Ruiz.
Todos los recados de los devotos serán presentados como ofrenda durante la misa de beatificación, prevista para mayo o junio próximos. A Koki le atrae la idea, incluso, de transcribirlos en un libro, donde se junten los testimonios sobre la próxima beata.
sonriente. En principio, la imagen de Chiquitunga tendrá una altura de 9 m por 7 m de ancho. Koki aún no tiene el diseño –dice– porque espera sugerencias de la Iglesia, a saber cómo debe lucir el rostro de la carmelita ya como beata.
“Toda iconografía representa algo y dentro de la Iglesia hay una lectura de todo”, refiere el artista y señala que en los primeros días de marzo llegará al país, un enviado de la Santa Sede con directrices sobre el diseño del cuadro.
Él se inclina más por plasmar la amplia sonrisa de la venerable. “Conocemos el rostro de Chiquitunga sonriente, ella siempre muy feliz”, afirma.
A Ruiz le sorprendió la gran cantidad de seguidores y devotos que tiene la carmelita paraguaya. Destaca que 22.800 cocos, que formaron parte del altar del papa Francisco, pedían su beatificación. Calcula que les tomará 40 días terminar la obra una vez que comiencen, por lo que hasta en Semana Santa recibirán los rosarios.
“Me siento enamorado”
Koki admite que de no saber nada de Chiquitunga, terminó prendado de la historia de la venerable.
“De repente, la vida de los santos podría ser un poco aburrida, pero la vida de Chiquitunga está llena de emociones y te satisface saber que fue tan humana”, dice sobre el amor que le profesó ella a un joven seminarista. “Me siento enamorado de ella”, expresa y comparte que su vida y obra es un ejemplo para los jóvenes de hoy.