“Somos capaces de enviar importantes datos directamente al Centro Nacional de Huracanes (CNH)”, señaló Joe Ciones, científico de la NOAA y director del programa Coyote de la Administración Atmosférica, al diario Sun Sentinel.
Científicos de la NOAA lanzaron los primeros drones, de 13 libras (5,9 kilos) cada uno, en septiembre pasado para estudiar el desarrollo del huracán Edouard. Y este año enviarán más aparatos de tecnología avanzada con precisos sensores, recogió el diario Sun Sentinel.
Estos pequeños drones, llamados “Coyotes”, están diseñados para penetrar en los cuadrantes de mayor violencia del huracán y obtener vital información que permitirá mejorar las predicciones meteorológicas.
La misión primaria del “Coyote” consistirá en medir la presión barométrica, la temperatura y la velocidad de los vientos en el interior de la tormenta.
Tras ser arrojado desde un avión de reconocimiento de la NOAA en el núcleo de un sistema tropical, sus alas encajan en el lugar y su pequeño motor eléctrico le hace girar en vertical.
A continuación, un piloto del avión cazahuracanes dirige por control remoto el dron, que conduce a varias zonas de la tormenta tropical.
El aparato teledirigido puede procesar información meteorológica que un avión no es capaz de recoger, ya que el dron es capaz de volar a los niveles más bajos del huracán, lo que sería de gran peligro para un aeroplano con tripulación a bordo.
Expertos de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado prevén que la temporada de huracanes en la cuenca atlántica, que comienza el próximo 1 de junio y concluye el 30 de noviembre, sea una de las “menos activas” desde mediados del siglo XX.