Por Pa?i Oliva
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Lo es siempre, pero mucho más en las circunstancias en que vivimos en el Paraguay. Estamos en un proceso de Cambio que por definición es un caminar hacia objetivos pequeños que todos juntos nos alcanzarán el objetivo grande: el nuevo Paraguay. Que este objetivo grande tarde años se comprende más o menos bien. Pero lo incomprensible para muchos es que tarden los mismos objetivos pequeños.
Una muestra de este inmediatismo es cuando, por hacer cuanto antes la primera etapa, descuidamos la planificación de todas las demás. En ocasiones, el inmediatismo nos lleva a ni pensar en lo que queremos ni a enunciarlo por dedicarnos enteramente a lo que está más cerca. No queremos, por ejemplo, que haya invasiones y nos preocupa, pero pocos han pensado en cómo sería una reforma agraria integral para campesinos y agroexportadores en la que no hicieran falta invasiones.
Otra es cuando por el inmediatismo nos olvidamos de la realidad y la confundimos con lo que tenemos en la cabeza. Y como la realidad es dura y tiene problemas que impiden el avance como lo pensamos, nuestra realidad virtual se nos rompe y destroza la esperanza.
Por eso la pregunta ahora es esta: cuando lleguen los cien primeros días, ¿qué es más importante: haber hecho con perfección algo pequeño en ellos o poner bien claro el objetivo grande y haber comenzado a acercarnos a él?