27 abr. 2025

El legado de este Congreso: Sumisión a Cartes para promover leyes a medida

Con sus leales liberales llanistas y de la mano de Añetete, liderado por Marito Abdo, que dejó de ser disidencia, Cartes va concluyendo su mandato con ambas cámaras del Parlamento en sus manos.

Blindaje.  Colorados y liberales divididos, oviedistas y Avancemos se unieron en Senado a favor de proteger su investidura.

Blindaje. Colorados y liberales divididos, oviedistas y Avancemos se unieron en Senado a favor de proteger su investidura.

Diana González Delgado

Este Congreso, tanto en Senado como en Diputados, que inició su periodo en julio del 2013 y culmina luego de cinco años el próximo 30 de junio, estuvo caracterizado por la sumisión de una mayoría de sus integrantes a los intereses del presidente de la República, Horacio Cartes, que promovieron varias leyes a su medida.

En la Cámara Baja, el mandatario consiguió una cómoda mayoría que le permitió contrarrestar los embates que tuvo en estos últimos dos años en el Senado, cuando se había conformado una disidencia que se alió a una fragmentada oposición.

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El PDP (Partido Democrático Progresista) y los liberales efrainistas prácticamente fueron los únicos rescatables en todo este proceso que se fue dando desde el inicio del mandato de Cartes, ya que los demás sectores fueron pactando en algún momento con el Ejecutivo de acuerdo con los proyectos y planes de interés.

El oviedismo y el llanismo en el Senado jugaron como titulares junto con los cartistas. Avancemos, ex Avanza País, tampoco se quedó atrás, y fue uno de los más castigados en las elecciones pasadas, ya que se quedó sin representación parlamentaria.

El Frente Guasu jugó sus cartas con Cartes cuando se dio la disputa por la enmienda pro reelección presidencial, y la alianza siguió y permitió que el ex mandatario Fernando Lugo, quien fue destituido por juicio político en el 2012, llegue a la presidencia del Congreso en este último año del periodo legislativo.

En su primer año de gobierno, el presidente de la República había dado su bendición a Julio César Velázquez para que tomara las riendas del Senado. Con él y sus fieles aliados consiguió que se le dé vía libre a la mayoría de sus proyectos más polémicos como la Ley de Militarización, Alianza Público Privada y la de Responsabilidad Fiscal.

Para el segundo mandato, por la falta de confianza tras el boicot permanente de Velázquez, quien pretendía el rekutu en el cargo, Cartes ubicó a Blas Llano (PLRA) al frente de la Cámara Alta. Este siguió una línea del Ejecutivo tiroteando contra funcionarios públicos en general, a quienes se culpaba de la debacle presupuestaria, en cuanto a salarios y bonificaciones, que terminó afectando solo al Senado.

división colorada. Para el tercer año del mandato de Cartes se había dividido la bancada entre disidentes y cartistas. El entonces senador Mario Abdo Benítez logró protagonismo luego de una ruptura con el mandatario por la puja en la presidencia de la ANR.

Marito esperaba la bendición del titular del Ejecutivo, pero este se volcó hacia el diputado colorado Pedro Alliana, quien se quedó al frente de la Junta de Gobierno.

El premio que recibió el hoy presidente electo de la República fue la presidencia del Congreso de la mano de varios referentes de la oposición, y a partir de ahí se consideró a la Cámara Alta como el único bastión de defensa de la democracia.

En Diputados, Cartes seguía gozando de una cómoda mayoría, mientras que el Poder Judicial estaba en sus manos, así como el Ministerio Público. Lo de la Corte quedó demostrado ahora con la sentencia que consiguió para quedar habilitado para pugnar como senador activo.

Una de las que dieron vía libre a su candidatura es Alicia Pucheta, a quien Cartes nominó y consiguió los votos para la vicepresidencia de la República.

En el cuarto año de su mandato hubo un fuerte operativo cartista para recuperar el Senado, pero la oposición hizo una jugada y ubicó en la presidencia al liberal Roberto Acevedo. Bajo el mandato del mismo, los cartistas y aliados forzaron la enmienda, que al final se frenó por una serie de incidentes que derivaron en una manifestación, el incendio del edificio del Congreso, el atraco policial al local del PLRA y la muerte del joven dirigente Rodrigo Quintana, que sigue en la nebulosa.

En este último periodo, Cartes llegó a un acuerdo con Lugo gracias al cual está al frente del Congreso, y cuyo sector, el Frente Guasu, intenta permanentemente redimirse embanderando sus proyectos de aumento de impuesto a la soja y al tabaco. Con sus leales llanistas, y de la mano de Añetete, que dejó de ser disidencia, Cartes va concluyendo su mandato con ambas cámaras del Congreso en sus manos.

No obstante, todavía le queda una prueba de fuego al Parlamento, su renuncia para poder jurar como senador electo, y este escenario se va tornando dudoso luego de que “su hermano del alma”, Darío Messer, fuera salpicado con denuncias sobre lavado de dinero.