EFE
“Yo creo que en el mundo hay mucha gente que ama el cine, que quiere que acaben las guerras y que el mundo sea más rico, pero las guerras no van a acabar mientras que nosotros vamos a desaparecer de la Tierra y me gusta creer que las películas permanecerán eternamente”, dijo Kawase en rueda de prensa.
Por eso, quiso dedicar este filme “a todos los enamorados del cine del mundo”, en un poético discurso muy en consonancia con la belleza del filme presentado en competición.
Quinto largometraje de Kawase que compite por la Palma de Oro de un festival en el que ya consiguió la Cámara de Oro a mejor ópera prima por “Moe no suzaku” (1997) y el Gran Premio del Jurado en 2007 por “Mogari no mori”.
En “Hikari” cuenta la historia de Misako, una joven que trabaja como audiodescriptora de películas (para hacer audioguías) y que se enamora de Nakamori, un famoso fotógrafo, mucho mayor que ella y que está perdiendo la vista.
El proceso de la ceguera de Nakamori está rodado con una gran delicadeza por la directora, que juega con la reducción de la luz y la pérdida de nitidez para reflejar la luz que van perdiendo los ojos del fotógrafo.
“Lo que quería filmar en este filme es la luz al final de esta pesadilla”, explicó la directora, que explicó cómo hace dos años cuando viajaba a Cannes para presentar “Sweet Bean” se dio cuenta del trabajo de estos audiodescriptores y de que son capaces de ver mejor la esencia de las películas.
“Son -agregó- gente a la que no vemos y por eso he querido transmitir sus sentimientos a través de este filme”.
Protagonizada por Ayame Misaki (Misako) y Masatoshi Nagase (Nakamori), la película hace de estos personajes los héroes de la historia para así demostrar el amor por el cine de Kawase y la importancia de la luz.
“Tenemos tendencia a olvidar la existencia de la luz. Hoy el sol se levanta, pero no sabemos cuánto va a durar en este mundo, cuánto voy a vivir, cuánto tiempo voy a seguir haciendo cine... son cosas que nadie sabe”, resaltó Kawase.
Reflexiones que responde con una película que ha sido calificada de “deslumbrante”, “sensible”, “emocionante” o “delicada”.
Una película en la que los actores viven cada minuto de la historia como si fuera real, como explicó Nagase.
“Kawase, más que interpretar el papel, nos pide vivir ese personaje, incluso nos hace vivir como si fuéramos ellos. En el proyecto ni siquiera está la palabra ‘rodar’ y tenemos que estar listos siempre para que podamos empezar a filmar en cualquier momento”.
Una forma de vivir el cine muy particular de la cineasta japonesa, una de las dos mujeres que participan en la competición por la Palma de Oro de Cannes junto a la estadounidense Sofia Coppola.