EFE
El papa partirá esta mañana a las 08.15 hora local (06.15 GMT) desde el aeropuerto internacional de Fiumicino de Roma en dirección al de la capital jordana, Amán.
Desde allí se trasladará, acto seguido, al palacio real Al-Husseini para ser recibido oficialmente por el rey Abdalá II.
En palacio mantendrá un encuentro con autoridades jordanas y pronunciará un discurso.
Después celebrará una misa en el mismo estadio al que ya acudieron Juan Pablo II y Benedicto XVI en sus respectivas visitas y allí dará la primera comunión a 1.400 niños.
El río Jordán, donde según las Escrituras fue bautizado Jesús, será la siguiente etapa durante este primer día de viaje del papa, quien bendecirá sus aguas al igual que lo hiciera Pablo VI.
Bergoglio, que pernoctará en la nunciatura de Amán, concluirá esta primera jornada de peregrinaje manteniendo un encuentro con 600 refugiados y enfermos en la Iglesia latina de Betania, a orillas de ese río.
Mañana pasará la mitad del día en la ciudad palestina de Belén, donde, según la tradición, nació Jesús y donde será recibido por el presidente de Palestina, Mahmud Abás.
Entre otras actividades, el pontífice visitará el campo de refugiados de Dheisheh, al sur de la ciudad, donde se encontrará con los niños que la habitan.
A media tarde del sábado se desplazará a Israel, donde permanecerá hasta el final de su peregrinaje, el lunes.
Allí realizará diversos encuentros ecuménicos y, entre otras visitas y ceremonias, el papa acudirá al Muro de las Lamentaciones, en una grieta donde dejará un mensaje, como es tradición.
Este peregrinaje tendrá un marcado carácter ecuménico ya que tratará de fortalecer el diálogo con otras concepciones del cristianismo y de tender puentes en la relación con otras confesiones, según explicó la Santa Sede.
Muestra de esta voluntad es el hecho de que el papa Francisco vaya a estar acompañado por dos amigos argentinos: el rabino de Buenos Aires, Abraham Skorka, y el profesor musulmán Omar Abboud.
Sea como fuere, el momento central de este viaje será el encuentro del domingo entre el papa y el patriarca ecuménico Bartolomé I, que conmemorará los 50 años del abrazo entre Pablo VI y el por entonces líder ortodoxo Atenágoras I, un acontecimiento histórico símbolo de la aproximación entre diferentes concepciones del cristianismo.