Bergoglio incorporó novedades a su programa, entre ellas su desplazamiento a bordo del mismo automóvil que usó Juan Pablo II en Paraguay. Antes de subir al vehículo saludó a los feligreses que lo aguardaban en las afueras de la Nunciatura, donde estuvo rodeado de guardias.
El rodado había sido donado hace 27 años por Automaq y posterior a la visita del Papa permaneció en exhibición.
Se trata de un Peugeot 405 SR, año 1988, motor 1.600, naftero, color blanco, que fue especialmente importado para Su Santidad.
Fue el único auto abordado por Juan Pablo II (aparte del Papamóvil, prestado de la Argentina) desde su llegada al aeropuerto internacional Silvio Pettirossi.
Su conductor fue Luis Domanicky, elegido por el Santo Padre por su apellido polaco. Fue él quien lo trasladó hasta Caacupé, Villarrica y Encarnación.