04 feb. 2025

Empate en juego abierto

Cerro Porteño y Nacional se frenaron ayer en un partido que tuvo más insinuaciones que situaciones. Igualdad a un gol que no beneficia a ninguno de los dos.

Duelo permanente.  Marcos Miers (i) y Cecilio Domínguez tuvieron cruces constantes.

Duelo permanente. Marcos Miers (i) y Cecilio Domínguez tuvieron cruces constantes.

Media hora de juego frívolo donde ambos elencos no se dañaron. Un partido tibio, con jugadas aisladas, hasta a ritmo de entrenamiento por momentos. Cerro se adueñó del gobierno de la pelota, pero no quebrantó a su rival. Ortigoza y Leal se cansaron más corriendo sin la pelota que con ella. El equipo de Morínigo solamente tuvo cambio de ritmo cuando Domínguez ganó por su sector. Las demás situaciones fueron muy anunciadas y hasta por momentos exageró lateralizando bastante las acciones del medio hacia el ataque.

Por su parte, Nacional encaró el juego de contragolpe, pero Montenegro estuvo abandonado a su suerte en el ataque. Las ocasiones que recibió alguna asistencia, peleó y hasta creó una mínima preocupación a Cerro, pero hasta ahí. El goleador del torneo quedó en deuda, ya que las pocas chances que tuvo en sus pies careció de eficacia en la definición.

Otro ritmo. La etapa complementaria ganó en velocidad, pero volvió a escasear de dinámica de juego. Nacional había golpeado primero en el juego aéreo con Miers y Cerro replicó por esa vía por medio del Memo Beltrán, que tras su ingreso, otorgó mayor protagonismo a la zona ofensiva.

Cerro Porteño mostró una leve mejoría, sí, aunque el cuerpo técnico tendrá mucho por corregir para imprimir su estilo de juego. Se vio un equipo más compacto, aunque el problema elemental es la puntada final y la elaboración de jugadas de riesgo.

Morínigo deberá conformar un equipo con variantes efectivas y con mayor protagonismo a la hora de ir en busca del arco rival. Cerro tiene jugadores técnicamente bien dotados, pero con bajo nivel en cuanto a producción. Los tres partidos que restan para el Ciclón de barrio Obrero serán un buen parámetro para medir el compromiso de un plantel de jugadores que tendrá una agenda cargada de partidos en el campo internacional y local en el segundo semestre del año.