El premio fue entregado por el italiano Paolo Sorrentino, que ante “el maestro” dijo que sus obras demuestran que “lo desconocido está dentro de nosotros y que conocerse a sí mismo es un mito”.
Lynch (Missoula, Montana 1946) recordó a algunos de los genios que inspiraron su cine, como los estadounidenses Stanley Kubrick y Billy Wilder o el italiano Federico Fellini.
Tras revisar una secuencia de la onírica Ocho y medio, Lynch declaró que coincidió con el autor de La dolce vita en dos ocasiones.
La primera fue tras una cena “a base de champiñones” con Isabella Rossellini y con Marcello Mastroianni, cuando el actor le invitó a conocer los estudios romanos de Cinecittà justo cuando el director rodaba Intervista (1987).
La segunda y última vez que vio a Fellini fue en 1993, cuando estaba en Roma grabando un anuncio para Pastas Barilla y, tras conocer que el cineasta fue hospitalizado, decidió visitarle. Días después, el cineasta murió. EFE