Los internos tienen que sobrevivir entre cloacas, sapos, ratas y otros insectos, según la denuncia que el Sindicato de Trabajadores de Penitenciarías hizo llegar al ministro de Justicia, Éver Martínez.
En la denuncia, se refiere en específico al sector del portón 11 del penal de Tacumbú, donde en el 2016 se propagó un incendio de grandes proporciones. El escrito afirma que desde entonces quedó un pozo donde el agua se junta dejando “charcos tipo lagunas”, ya que el lugar quedó destechado en su totalidad.
Julio Agüero, director general de Establecimientos Penitenciarios y Centros Educativos, expresó que la administración actual siempre se caracterizó por la transparencia y sostuvo que actualmente se tiene un contrato abierto para realizar una refacción en el lugar que quedó en ruinas luego del mencionado incendio.
MISERIA. “Todo lo que viven los internos, las mismas miserias también pasamos nosotros. Es una realidad en todas las cárceles del país”, manifestó un agente penitenciario, que pidió que su identidad fuese protegida por miedo a represalias. El mismo aseguró que en las guardias tienen que convivir con olores nauseabundos de cloacas, de filtraciones de cañerías o de cisternas, que ya forman parte de su ambiente de trabajo.
Sin embargo, Agüero sostiene que el trabajo de los agentes penitenciarios es una de las prioridades de la gestión del ministro Martínez. “En un año y seis meses, esta administración se ha preocupado de la situación del funcionario. Hemos presentado un pedido por el tema de seguro médico y bonos para alimentación. Le estamos dotando de elementos de seguridad y materiales, así como uniforme”, detalló.
Sin embargo, un grupo de funcionarios denuncian que al igual que los internos conviven en un ambiente insalubre.