Educadores y padres critican el estado de abandono en que se encuentran las escuelas en la capital y en distritos de Central, como Luque, San Lorenzo y Lambaré. Tanto Central como la capital albergan a una mayor matrícula de escolares, comparando con el resto de los departamentos del país con más de 411.000 inscriptos el año pasado.
“Las escuelas no están en buen estado en la capital, conversamos con docentes y todos están de acuerdo con que el primer semestre sea virtual hasta poner en condiciones esto”, apuntó el titular del Sindicato Nacional de Directores (Sinadi), Miguel Marecos, durante un recorrido por el establecimiento.
EN RIESGO. Los datos públicos son inciertos. El viceministro de Educación Básica, Robert Cano, prometió en conferencia de prensa un listado de 450 centros escolares que para el MEC son los que no pueden arrancar las clases de manera presencial ante riesgos de derrumbe. Hasta la fecha esta lista no fue dada a conocer.
Los gremios, como el Sinadi, la FEP y la OTEP-Auténtica, sostienen que entre el 50 y 60% de las 10.000 instituciones no están aptas para la presencialidad. “La mitad de las escuelas no están en condiciones para esto; tampoco fueron proveídos los insumos de bioseguridad ni tapabocas”, lamentó el titular de la FEP, Silvio Piris.
El sindicato anuncia una marcha para el lunes 22 de febrero rechazando el inicio de clases presenciales en sitios sin condiciones.
MÁS PROBLEMAS. En Central, reportes de Luque y Lambaré dan cuenta de que atraviesan el mismo drama que en capital. Todo el pabellón de la secundaria del Colegio Nacional de Lambaré está con paredes corroídas por la humedad y columnas con fisuras, aunque el director del lugar, Hugo González, aseguró que no hay riesgo de derrumbe, pero necesitan un techo para frenar el deterioro.
La Unión Nacional de Educadores (UNE) emitió un reporte donde muestran escuelas de Luque donde baños no funcionan y también hay aulas con grietas, como los centros Héroes Luqueños y General Aquino.
Volviendo a la capital, el último caso sonado fue el de la escuela República Argentina, donde las aulas cuentan con poca ventilación y sus ventanas están destruidas. En el lugar apenas recibieron G. 450.000 de gratuidad. Madres de los más pequeños contaron que optan todavía por las clases virtuales.