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La vara del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM), un órgano integrado por mayoría de políticos, alcanzó recientemente al juez Tadeo Zarratea. El Jurado pidió a la Corte su suspensión. La Corte no se expidió aún al respecto y el magistrado sigue en sus funciones.
–¿Puede relatarnos qué pasó?
–Yo otorgué una medida cautelar por medio de la cual ordené la reposición de Mirtha Gladys Colmán en su puesto de trabajo porque es sindicalista despedida sin causa. Ella presentó un acta de la asamblea de su sindicato donde ella es nombrada negociadora de contratos colectivos del gremio de trabajadores de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
–¿La EBY reaccionó?
–La EBY me denunció ante el JEM y aquí se rechazó la denuncia por defecto de forma. Sin embargo, el JEM aprovechó la ocasión y me enjuició de oficio.
–¿Qué dijo el JEM y cuál fue su posición?
–Yo sostengo que otorgué la medida cautelar porque la trabajadora reunió los requisitos y el JEM, con su acusador propio, sostiene que yo otorgué esa medida sin que se den los requisitos y que yo no fundamenté. Más fundamentación que la cita expresa del artículo 320 del Código de Trabajo que puede faltar.
–¿Qué dice el artículo 320?
–Dice que si un trabajador denuncia la violación de su fuero sindical, yo tengo el deber como juez de utilizar como primera medida la vía de la medida cautelar. Tengo la obligación de decretar su reposición inmediata. Esto significa in audita parte, sin consulta previa con nadie y sin pérdida de tiempo. Además, me da un plazo de 48 horas para tomar la resolución. La ley me pone esos tres requisitos duros. Yo acaté la ley, la interpreté y la apliqué.
–¿El JEM juzgó su criterio?
–Aquí hay extralimitación, porque el JEM se erigió en un Tribunal de Alzada. La ley dice que el litigante tiene que probar prima facie la verosimilitud de su derecho. Yo tomé como verosímil el texto del acta de la asamblea del sindicato.
–¿Si usted se equivoca, cómo se corrige el error?
–El Tribunal de Apelación es quien tiene competencia para corregirme. Para eso se inventó este tribunal. Además, la medida cautelar fue apelada y yo concedí la apelación para que el superior revise mis actos.
–¿El JEM es órgano político?
–El JEM debe actuar cuando hay supuesta comisión de delitos y mal desempeño. No está para poner límite a la libertad de opinión o de interpretación de un juez. Si el juez no tiene libertad, no es juez, es marioneta.
–¿Le causó sorpresa?
–No me causa sorpresa el hecho de que sea procesado; pero sí la suspensión porque, esa sí, pasa de morado a oscuro. La suspensión está prevista para casos graves, por ejemplo, supuestos delitos de prevaricato o si el juez es encontrado en flagrancia en actos de corrupción o de venalidad.
–¿Qué significa “pasa de morado a oscuro”?
–Eso indica que puede haber órdenes superiores; una política bien encaminada en curso, algún tipo de ensañamiento o de venganza. Yo, la verdad, no entiendo de dónde viene la mano. El procesamiento en sí es insostenible, la suspensión es mucho menos sostenible.
–¿Es producto de manejo de poder o no?
–No sé. Yo estoy equiparado ahora a jueces cómplices del narcotráfico, jueces filmados con coima en la mano, a los peores, por una mera interpretación opinable de la ley. Esa interpretación es opinable. Yo tengo que tener mi criterio. Y se me tiene que reconocer el margen de libertad de opinión en ese punto.
–¿No piensa en una acción de inconstitucionalidad?
–La propia Corte tiene en curso una acción de inconstitucionalidad contra la ley del JEM que tiene muchos errores. Por ejemplo, excluye al denunciante y nombra a uno de sus empleados como fiscal acusador. Esto es ser juez y parte.
–¿Cómo ve el Poder Judicial ahora? ¿Es independiente?
–La independencia del Poder Judicial empieza a eclipsarse. En estos momentos hay mucho miedo; hay órdenes que van y vienen. Los jueces estamos inseguros y es la primera vez que pasa.
–¿La primera vez desde la nueva Constitución?
–Sí. Yo pasé por los gobiernos de González Macchi, de Raúl Cubas, de Wasmosy, de Nicanor, de Lugo y de Federico. Nunca se sintieron las presiones en el Poder Judicial como hoy se sienten.
–¿Presiones desde afuera?
–De los poderes políticos y de las grandes corporaciones económicas que también vienen a presionar y a amedrentar a los jueces. Hoy estamos llenos de amenazas de los poderosos económicos y políticos. Es difícil sostenerse. El poder no quiere jueces independientes.
–¿Así está la situación?
–Si esta situación sigue, en años más no vamos a tener jueces sino títeres en el Poder Judicial. Aprovecho esta página para llamar la atención de colegas jueces y de colegas abogados sobre esta situación. Eso se viene y no se ve bien.
–¿Esos poderes tienen influencia en el JEM o en todos los organismos?
–En todos. El poder inficiona todo. En el Paraguay todo acto tiene un carácter político. No hay aspecto que no sea tocado por la política. Hasta en la sopa está la política. De manera que, feliz de mi que pude vivir dentro del Poder Judicial 14 años de libertad para los jueces, porque en realidad yo nunca recibí presiones graves. Siempre dicté quien tiene derecho libremente.
–Ahora le quieren sacar del Poder Judicial…
–No es que me quieren sacar. Me quieren sacar como un indigno del Poder Judicial y yo no estoy procesado por corrupción, ni por venalidad ni por nepotismo. No tengo hijos en el Estado, no tengo mujer en el Estado...
–¿Los partidos se comparten la injerencia política en el Poder Judicial?
–Se comparten, porque hay acuerdos, hay concomitancias, hay pactos y hay paquetes. Siempre toma y daca. Doy para que des y hago para que hagas. Así es siempre.