Tuve la suerte de nacer debajo de una máquina de fabricar cigarrillos, mi padre fue dueño de la antigua fábrica La Vencedora SA y conozco el ramo.
Fabricábamos cigarrillos negros, con tabaco paraguayo, y mano de obra paraguaya, y conocimos la injusticia política de esos tiempos. Nos cobraban cuarenta y cinco por ciento del precio del atado al público, si un Alfonso XIII se vendía en diez guaraníes pagábamos una estampilla de cuatro con cincuenta.
Otra empresa de mi padre era Boston SA, éramos representantes de todos los cigarrillos americanos como LM, Philips Morris y otros. El Fisco nos cobraba el 70% de impuestos aduaneros.
Pero he aquí que amigos de Stroessner inventaron la reexportación de cigarrillos a Brasil (contrabando) y se inventó un impuesto al que le llamaron “de internación” que solo pagaba el uno por ciento del valor al tránsito; pedimos ser incluidos en este sistema, pero como éramos liberales no nos lo dieron. Era muy injusto el trato, el cigarrillo americano que casi no pagaba impuestos, pero sí el paraguayo, todo porque éramos liberales.
Así perdimos las representaciones de los cigarrillos americanos, que quedaron en manos de los amigos que compraban por millones de dólares cuando que a nosotros nos era imposible competir.
Hoy se quiere reprisar esa injusticia, pero ya no es por parte del presidente, sino que del Congreso opositor. Es el mismo odio político, hoy el enemigo es Cartes, antes éramos nosotros por no ser stronistas.
Hacemos fuerza para destruir el Estado de derecho y la igualdad ante la ley, y estas son las razones del porqué estoy en contra de la suba del impuesto:
1- La ley no debe usarse como garrote para fundir al contrincante político, ni tampoco puede ser alterada solo por odio.
2- Los impuestos no deben subir estrepitosamente, porque no tendríamos seguridad jurídica y nadie vendría a invertir en un país que te suben los impuestos en un doscientos por ciento.
3- Gracias a que los impuestos son bajos se pueden exportar cigarrillos paraguayos. Antes cuando los reexportábamos eran norteamericanos y nadie decía nada y a nadie se le ocurrió subir los impuestos.
4- Ingresan millones de dólares gracias a estas ventas en frontera, y los detractores le llaman contrabando, pero... ¿y cuando Argentina nos vende cebolla?, ¿ y cuando Brasil, hasta pollos, no decimos nada?
5- Otro argumento falaz es la salud, que el cigarrillo mata y que se gastan ochenta millones por culpa del tabaquismo. Pero, increíblemente, eso mismo no le oí criticar al Estado que fabrica caña, ¿o la caña no mata? ¿Y acaso le subimos el impuesto a la sal que también mata?, ¿o a la grasa que da colesterol?, ¿ y a dónde le dejamos al azúcar?... puras falacias.
6- Y se olvidan que también se usa tabaco cultivado en Paraguay por campesinos humildes porque el tabaco no se puede producir en grandes extensiones y tiene mucha manualidad.
Si no cambiamos los paraguayos y dejamos de canibalizarnos, no podremos llegar a un acuerdo nacional y a un proyecto de país consensuado a largo plazo...
Criticar a Cartes, por qué no, pero en lo que realmente es criticable, y no usemos las leyes y los impuestos como garrotes.
(*) Candidato a senador