Con esto los progenitores tendrán la posibilidad de dar a sus hijos una sepultura acorde a sus creencias. El documento tiene tres objetivos concretos: el reconocimiento con nombre y apellido de los bebés que fallecen en el vientre materno; la entrega del cuerpo a solicitud de los padres para fines póstumos, sin aplicación de criterios de estándares de peso o edad gestacional; y el registro de todas las muertes intrauterinas con fines estadísticos para el estudio de implementación de políticas preventivas de salud pública.
La diputada Olga Ferreira sostuvo que este proyecto nace por pedido de un grupo de padres pertenecientes al movimiento Un mismo corazón, un mismo sentir. Patricia Coronel comentó que de promulgarse esta ley sus hijos ya no serán tratados como un desecho patológico. “Por lo menos ya no tendremos solo una ecografía”, afirmó.