Los médicos catalogaron la intoxicación de Mauro como “accidente doméstico con un producto peligroso”. Según su madre, el niño había inhalado el compuesto mientras jugaba con un silbato en su casa.
Tras ser trasladado de urgencia a un hospital de la zona, Mauro tuvo una muerte cerebral y fue internado bajo coma farmacológico.
Este sábado se conoció el trágico desenlace del caso, que por su peculiar característica captó la atención de los principales medios escritos y televisivos de Argentina.
“El sábado 18 de octubre, Mauro López Banegas, de 7 años, estaba haciendo las tareas de la escuela y tenía un silbato. A manera de distracción o juego, se puso purpurina en el silbato y sopló; el elemento se esparció en el aire y el niño terminó inhalando y aspirándolo por la boca”, publica el diario Clarín.
“Este producto (la purpurina), de uso habitual en las tareas manuales, contiene metales pesados, como el plomo y el cobre, elementos altamente tóxicos cuando son inhalados, ya que producen un bloqueo en el intercambio del oxígeno y el anhídrido carbónico, bajando los niveles del oxígeno y produciendo de ese modo una hipoxemia severa que es la causante de la gravedad extrema del paciente”, indicaron los médicos que trataron de salvar la vida al niño.