Un reciente estudio científico ha demostrado la presencia de glifosato en la orina de personas de 18 países europeos. El glifosato es el principal componente de un herbicida llamado Roundup, utilizado en los cultivos de organismos genéticamente modificados (OGM), también llamados transgénicos.
Las personas que dieron “positivo” en el estudio vivían en ciudades y no manipulaban productos con glifosato, lo cual lleva a la pregunta de cómo llegaron a absorberlo. David Sánchez, de Amigos de la Tierra (Friends of the Earth), dijo que, aparentemente, “estamos expuestos al glifosato en nuestra vida diaria, sin embargo no sabemos de dónde viene, lo extendido que está en el medio, y el daño que está provocando a nuestra salud”. En internet se encuentran las declaraciones de Amigos de la Tierra sobre el punto, y también los detalles del estudio dirigido por el Dr. Hans Wolfgang Hoppe, del Medical Laboratory Bremen, con sede en Bremen (Alemania). ¿Se podrá hacer un estudio similar en el Paraguay?
A lo anterior, quiero agregar lo siguiente: la EPA, agencia gubernamental norteamericana encargada de proteger el medioambiente, y regular el uso de agroquímicos, permitió aumentar la cantidad de glifosato usado en los cultivos. Esto es alarmante, porque existen estudios sobre los efectos negativos del glifosato, como el de Antony Sammel y Stephanie Seneff del MIT (USA), el de Don Huber, de la Universidad de Purdue (USA), o el de Eric-Marie Seralini de la Universidad de Caen (Francia). A mayor cantidad de agroquímicos, mayor cantidad de riesgos para la salud.
El aumento de la cantidad en el uso del producto se explica por qué han surgido hierbas resistentes al glifosato en todo el mundo, incluyendo el Paraguay, y se necesita reforzar la dosis.
Aparentemente no basta con eso, y se quiere emplear una combinación de productos químicos, incluyendo el llamado 2,4-D, que es un ingrediente del Agente Naranja, herbicida empleado por la aviación norteamericana durante la Guerra de Vietnam. (Las consecuencias fueron la enfermedad y la muerte de miles de personas; todavía hoy nacen en Vietnam niños deformes, como se puede ver buscando en internet). No solo se quiere, sino que se lo va a emplear, porque la EPA norteamericana ya autorizó el uso 2,4-D para un nuevo tipo de transgénico creado por la empresa Dow Chemicals. Con Monsanto y otros empresas, la Dow fue una de las fabricantes del Agente Naranja empleado en Vietnam.
El año pasado, el Gobierno norteamericano comenzó a limpiar los restos del Agente Naranja en Vietnam, que aún persisten aunque la guerra terminó en 1975, una reparación insuficiente del daño causado, así como una muestra de la toxicidad y duración del producto.
El New York Times publicó un artículo muy crítico sobre esta autorización del 2,4-D por la EPA. No me preocuparía si fuera un problema norteamericano, pero no es así. Los agroquímicos fabricados por las grandes multinacionales terminan por llegar aquí, donde existen poco control y conocimiento de las cuestiones ambientales.
Para constatarlo basta con mirar el lago de Ypacaraí, que dejó de ser azul para volverse tóxico.