Gaona murió intentando salvar la vida de reclusos ancianos que viven en el pabellón conocido como de tercera edad, sector también afectado por el siniestro en la madrugada del viernes, en el que perdieron la vida también cinco reclusos.
“El 1 de agosto de 1991, fuimos nombrados juntos y ahí empezamos la carrera penitenciaria. Él fue guardia, comandante de guardia, oficial de guardia, superior, subjefe y llegó a ser jefe”, recordaba Vera y rememoró también una anécdota que sucedió hace un mes con el hoy fallecido. Gaona fue seleccionado para viajar a Estados Unidos para realizar un curso en West Virginia, pero rechazó el viaje –codiciado por casi todos sus otros compañeros– por su miedo a subir a un avión. “Me dijo personalmente, en guaraní: ‘Tengo miedo del avión, me voy a morir o qué por ahí’. Yo le respondí que nadie muere en su víspera; si vas a morir, morirás en cualquier lado, y mirá un poco cómo terminó”, reflexionó el casi hermano del fallecido. Vera se veía muy tocado por la muerte del compañero.
Recordó también a Gaona como un hombre introvertido y de poco hablar, que viajaba desde Piribebuy para realizar sus labores. Era un hombre muy familiero y no acostumbraba a beber bebidas alcohólicas, mencionó entre sus cualidades. Por su seriedad y don de gente, era muy respetado por los internos, ya que se caracterizaba por ayudar, sobre todo a los más necesitados, como los pasilleros.
Una pasión para él era el fútbol y era fanático en especial del club Olimpia.

“Cuando todavía no estaban los damnificados acá enfrente, al salir de su guardia acostumbraba jugar un partido de fútbol antes de ir a Piribebuy”, rememoró su amigo.
También recordó que allá, en los comienzos de los años 90, cuando existía una cancha en medio mismo del penal, Gaona era uno de los primeros en anotarse cuando se organizaba un partido de fútbol, donde se destacaba por su pasado como jugador del Sport Unión de Piribebuy.