EFE
Raines, periodista del diario digital AL.com, publicó en ese medio un amplio artículo sobre lo que descubrió en una playa de un islote situado en el delta de Mobile-Tesaw.
Por el momento, la investigación no ha ido más allá de un simple reconocimiento visual aéreo y un somero estudio de campo por científicos, sin desenterramiento, ya que las leyes del estado de Alabama imponen fuertes multas a quienes perturben pecios de naves o naufragios sin los debidos permisos.
Uno de los elementos que sugieren que podría tratarse del Clotilda es el lugar donde fueron hallados los restos: en la zona donde su capitán, William Foster, dijo que había quemado y hundido la embarcación en 1860, para ocultar a las autoridades cualquier señal de contrabando humano.
El capitán del barco era consciente de que, de encontrar las autoridades pruebas de que había violado la ley federal contra la esclavitud, podría ser condenado incluso a muerte, apuntó Raines.
Un equipo de arqueólogos la Universidad de West Florida (UWF) que se desplazó hasta el lugar del hallazgo opina que “tal vez” se trate del pecio del Clotilda, porque la “ubicación es la correcta, la construcción parece estar bien y es del período de tiempo referido, además de que está quemada”.
Así que son pruebas físicas que resultan “muy convincentes”, señaló Greg Cook, arqueólogo de la UWF, en declaraciones a AL.com.
En su extenso artículo, Raines explica que aprovechó la marea baja en esa zona remota y pantanosa del delta, solo accesible en embarcación, para rastrear el lugar.
“Durante mis primeros viajes después del descubrimiento de los restos, documenté el lugar con fotografías e imágenes a través de un dron (...), para luego traer un experto en técnicas de construcción de barcos de madera y un equipo de arqueólogos” de Florida, dijo Raines.
Una de las pruebas “más definitivas” de que este pecio podría ser el Clotilda es su ubicación, adyacente a la isla donde los negros cautivos fueron transferidos a otro barco, según la documentación existente y entrevistas con expertos realizadas por el periodista.
Aún así, las pruebas concluyentes, la confirmación de que se trata del Clotilda, que transportaba 110 esclavos africanos en un viaje de cuatro meses por el Atlántico, solo se harán realidad cuando se recupere algún artefacto almacenado en la bodega del barco y los científicos lo examinen.
El periodista estima que el fondo del Clotilda puede encontrarse a tres metros de profundidad, bajo el lodo, lo que exige una excavación que requerirá permisos federales, estatales y mucho dinero.
“Si resulta ser el último barco negrero, entonces va a ser un lugar muy determinante por muchas razones. La estructura del barco en sí no es tan importante como su historia y va a tener un impacto en mucha, mucha gente”, apuntó Cook.
Para Raines, la confirmación de que se trata del Clotilda sería la “piedra angular para la historia de la esclavitud en Mobile, puerto clave en el siglo XIX para la trata de esclavos, y la comprensión de la guerra que finalmente puso fin a esta práctica” inhumana, apostilló.