31 ene. 2025

Harán hablar las piedras

Blas Brítez – @Dedalus729

Las tapas de los diarios las fabrican, le dan sentido a la materia cruda de la realidad, sus periodistas y editores, pero en esencia las hacen los hechos y sus protagonistas. Cuando los periódicos de Asunción llegaron a los lectores en la mañana del sábado 23 de junio de 2012, todas las portadas tenían la foto del liberal Federico Franco —horas antes vicepresidente, devenido en conspirador con algo de personaje de Shakespeare interpretado por un mal actor—, con la banda presidencial cruzada en el pecho y la cara embobecida por el placer temprano del poder. Hasta hubo una poseedora de una histórica capacidad de síntesis cultural y política, la del diario Crónica, hoy propiedad del Grupo Cartes: “Y de golpe... ¡Florero presidente!”.

En la noche del viernes anterior, miles de personas se aunaron frente al Congreso para protestar contra el juicio al entonces presidente Fernando Lugo, lo que para muchos fue un nuevo quiebre institucional en un país acostumbrado a que los arrebatos entre facciones de clase lo provoquen. Había mucha rabia. No puedo asegurar que no se le haya ocurrido a nadie tomar por asalto el Parlamento. Era una posibilidad cierta. Pero nadie lo hizo. Y no hubo pueblo ni tragedia en las tapas.

Cinco años después, traicionados luguistas, traidores llanistas y los verdugos de estos en las elecciones del 2013, los cartistas, aprobaron un proyecto de enmienda constitucional en lo relativo a la reelección presidencial. Otra vez se habla, un poco maquinalmente, de quiebre democrático. Como si el quiebre y su denuncia fueran usuales herramientas políticas. Otra vez se juntaron miles de personas frente al edificio parlamentario, cuya construcción fue financiada gracias a la herencia fascista de las relaciones de Stroessner con Taiwán. El persistente fantasma del dictador recorre los pasillos del edificio que cientos de personas destrozaron con llamativa y sospechosa facilidad. El grueso de los manifestantes pertenecen al grupo que faltaba para completar el escenario cabeza abajo de 2012: el liderado por Efraín Alegre, ex ministro de Lugo, el candidato liberal derrotado por Cartes en las elecciones de 2013. Cuenta con el apoyo de Federico Franco, quien juró como presidente en el mismo edificio quemado el viernes por sus adherentes, mientras los luguistas de aquel entonces no llevaban su denuncia de golpe de Estado hasta las últimas consecuencias.

La Policía ha asesinado a un dirigente político, no en la plaza ni en la calle, sino en su propio local partidario. Han sido relevados de sus cargos el ministro del Interior y el comandante de la Policía. Hay 200 detenidos. Los comunicados de los cartistas y los luguistas se parecen mucho, a pesar de que el Frente Guasu —en un increíble tour de force— se las arregla para indignarse y pedir que se investigue al gobierno que preside su impávido aliado en el proyecto de enmienda inminente.

“Cosas tenedes, Cid, que harán hablar las piedras”, le dice el rey, sorprendido de lo que sucede a su alrededor, a Rodrigo Díaz de Vivar, en el poema castellano más antiguo.