Coincidiendo con el ataque terrorista en Túnez en el que murieron al menos 17 turistas extranjeros, Hollande visitaba la sección de artes orientales del Museo de Louvre en un acto con el que quería mostrar su determinación a luchar contra la destrucción del patrimonio en Irak y Siria.
“Cada vez que se produce un atentado terrorista, como el de Túnez, todos estamos concernidos (...) pero también cuando se atacan obras del patrimonio de la humanidad”, aseguró Hollande, que anunció una serie de medidas para “no resignarse” a la “barbarie destructora” del EI.
Son los mismos, dijo el presidente, “quienes asesinan personas y quienes atacan el patrimonio” y su objetivo “es el mismo, romper, dividir, erradicar todo valor de la humanidad”.
La conservación de la memoria a través del arte es, según Hollande, “la garantía de que los derechos, la luz, la democracia, la cultura” se impongan a la voluntad de los terroristas.
“Francia utilizará todos los medios para que la cultura pueda ser mirada como un orgullo de la humanidad”, agregó.
Entre las medidas anunciadas por el presidente destaca la organización en otoño de 2016 de una gran exposición consagrada a Mesopotamia que tendrá lugar en el Museo de Louvre de Lens, al norte de París, y que contará con la cooperación del Museo Nacional de Irak.
“Será una forma de mostrar el orgullo de estos pueblos que sufren”, dijo.
Además, el presidente ordenó el envío de una misión de expertos del Louvre a Bagdad para “evaluar los medios necesarios para la preservación de los tesoros” de ese país e “identificar los nuevos ejes de cooperación” entre ambos países.
Los archivos de las excavaciones francesas en Irak serán digitalizados para que los expertos de ese país puedan trabajar más fácilmente con ellos.
Francia acogerá a jóvenes arqueólogos iraquíes tanto para su formación como para el apoyo de sus trabajos de investigación, en particular los que están en las seis misiones arqueológicas que hay en el Kurdistán iraquí.
Finalmente, el presidente aseguró que se reforzará la cooperación con la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con el fin de elaborar un censo actualizado de las obras de arte de Irak.
Es una forma, explicó el presidente, de ayudar a los servicios aduaneros a combatir el tráfico de tesoros arqueológicos.
Junto a Hollande, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, agradeció la ayuda francesa en una misión “que debe concernir a todo el mundo”.
Cuando “los extremistas masacran a la población y destruyen el patrimonio de Irak”, cuando “golpean a países como Túnez”, podemos hablar de “limpieza cultural que persigue a las minorías, saquea el patrimonio y todo aquello que encarna la diversidad y la libertad de pensar.
Bokova pidió que “a través de las piedras, de los monumentos” se puedan “salvar vidas, porque la cultura porta la identidad y la dignidad de los pueblos, su historia y su futuro”.
La responsable de la Unesco recordó que ya se han tomado algunas medidas como la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la financiación del terrorismo del pasado 12 de febrero, que persigue el tráfico ilícito de antigüedades, cuyos réditos pueden revertir en esos grupos.
Pero señaló que hay que seguir trabajando porque “contra el fanatismo no bastan las armas”.
“Tenemos que responder también con la cultura, explicar el valor de ese patrimonio, decir a los jóvenes que son todos ellos, musulmanes, cristianos y otros, herederos de los sumerios, de los asirios, hijos de Mesopotamia que es la madre de las civilizaciones”, agregó.