21 dic. 2024

“Indios de mierda”

@miguelhache

Dos grabaciones atribuidas al locuaz y bravucón político colorado Luis Aníbal Schupp –una de 30 y otra de 45 segundos– circulan subrepticiamente por las redes –en especial WhatsApp– instalando un peligroso, delictivo y retrógrado discurso contra los indígenas. Un modo de pensar que sigue prevaleciendo en un importante sector de la sociedad paraguaya, que si bien no lo expresa en público, por lo general lo hace en la intimidad o lo encubre diciendo lo contrario, lo “políticamente correcto”.

El primer registro dice: “Mba’e 760.000 hectáreas pio le vamos a dar a los indios de mierda esos. Lo único que saben hacer es chupar y coger, y drogarse, y romper las bolas todo el puto día. Hay que aprovechar y matarles a todos. Siga pues. Estos españoles de mierda que dejaron indios vivos y se reproducen como conejos, ¡carajo! Una vergüenza es. Hay que castrar a todos los indios, que no se reproduzcan más. ¡Fuera los indios de mierda! O mándenlos a Bolivia, ahí hay mucho lugar para los indios. Buenas tardes”.

Similares pensamientos y conceptos son frecuentes desde la población conservadora y los políticos de partidos rancios, cuando los campesinos, sectores populares u organizaciones obreras se movilizan, protestan y reivindican.

El segundo registro que circula dice: “Le agradezco mucho a la persona que está haciendo publicidad, haciendo correr el mensaje de paz y amor contra los hijos de puta indios ayoreos de mierda esos. Muchísimas gracias. Ya me llegó el mensaje. Está recorriendo. Es importante echar el cerro (León) de mierda ese. Hagan correr, necesitamos progreso en nuestro Paraguay y no por unos indios de mierda tenemos que aguantar todas las peripecias que tenemos que sufrir para producir para el país. Partida de delincuentes que quieren facturar con oenegés. Sigan haciendo correr. ¡Zurdos de mierda! Buenos días”.

La reacción de las personas a las que llega este agresivo discurso es dual. Dual en el sentido que están quienes se indignan, legítimamente, y quienes empatizan, están de acuerdo.

Algunos preguntarán, sorprendidos, ¿quién en su sano juicio puede prohijar ideas que son delitos comunes, apologías criminales, que cualquier fiscal debería perseguir de oficio, como el claro llamado a matanza colectiva o a castración masiva para que un grupo humano desaparezca, no se reproduzca más? Ya no entramos a analizar lo explícitamente racista y discriminador de la arenga, que reputa otras violaciones contra los DDHH.

En los tiempos que corren, en que las cavernas ya no tienen –aparentemente– ocupantes humanos como en los albores de la humanidad, todavía hay recodos en las sociedades donde, por lo menos en pensamientos y acciones, estos seres habitan.

Paraguay sigue siendo uno de esos refugios cavernarios. Un lugar donde en la práctica un ser humano todavía no es igual a otro ser humano...

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A continuación, una columna de opinión del hoy director de Última Hora, Arnaldo Alegre, publicada el lunes 2 de agosto de 2004, el día siguiente al incendio del Ycuá Bolaños en el que fallecieron 400 personas en el barrio Trinidad de Asunción.