Miguel Benítez
TW: @maikbenz
“La mecánica no es para mujeres”, “Tenés que estudiar confección o gastronomía”, “Los hombres no te van a respetar”, “Mejor quedate como ama de casa”. Estas son algunas de las trilladas frases que escucharon algunas de las jóvenes estudiantes del programa Sape’a, antes de emprender el desafío de estudiar profesiones que erróneamente pueden ser catalogadas como varoniles.
El programa, que busca dar una solución al desempleo juvenil en las zonas rurales, es implementado por la organización Plan Internacional Paraguay, junto con la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid), entidad que brinda el financiamiento, y el Ministerio de Trabajo.
Entre el 2015 y el 2017, 302 mujeres se capacitaron en labores como electricidad del automóvil (9), electricidad domiciliaria (53), refrigeración básica (21), mecánica automotriz (5), mecánica de motos (26), albañilería (14), fontanería (31); reparación de celulares (76) y computadoras (4); instalación de acondicionadores de aire (9), tractorista agrícola (9), soldadura eléctrica (6), entre otras tareas.
Mariella Greco, directora de Plan Internacional Paraguay, comentó que representa un trabajo de hormiga, ir casa por casa para encontrar adolescentes y explicarles el programa. Hay muchas barreras que se enfrentan, siendo tal vez la principal la situación de ser mujer, precisó.
“Hay que hablar con la familia, tienen inquietud con la eficacia de los cursos, hay inseguridad y otros aspectos de discriminación o machismo. Si una mujer quiere ser mecánica y, de repente, el profesor no está acostumbrado a pensar que las mujeres también pueden ser mecánicas, esa es otra barrera”, detalló.
Muchas de las chicas ya pudieron ingresar a empresas, gracias a convenios con el sector privado; y otras recibieron kits de herramientas, de manera a emprender por cuenta propia.
Greco indicó que Sape’a no es un programa exclusivo para mujeres, pero fueron ellas las que más aprovecharon sus cursos. En estos tres años fueron formadas técnicamente 6.400 personas y de ese total 59% fueron mujeres. De los 4.500 estudiantes de habilidades para la vida, el 61% fue del sexo femenino. Además, 1.500 mujeres fueron formadas en planes para hacer negocios, lo que representa el 60% del total de cursantes.
Se desea achicar la brecha que existe entre varones y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo. El 68,9% de adolescentes mujeres del país no estudia ni trabaja, destacó.
EXPERIENCIAS. Luz María, pobladora de Santaní, realizó el curso de electricidad del automóvil y comentó que su sueño es montar un taller mecánico a más de colocar un local de repuestos. Indicó que la sociedad paraguaya es machista y que incluso las propias mujeres a veces dicen que no se pueden realizar ciertas tareas. Sin embargo, aseguró que las mujeres pueden desarrollar cualquier labor y solo es cuestión de que se propongan.
Patricia, de Paso Yobái, cursó instalación y reparación de acondicionadores de aire, y recibió herramientas para poder prestar servicios en su comunidad. La joven manifestó que en su domicilio nadie entiende sobre sistemas de refrigeración, por lo que ahora ella va a poder ayudar a reparar los problemas que puedan ocurrir con la heladera y otros artefactos. Afirmó que la mujer también puede estudiar y trabajar en lo que desee.
Yamila, de San Pedro, participó en los cursos de ejecutivo de ventas, habilidades para la vida y plan de negocios.
Relató que abrió un negocio de venta de ropas, gracias a que aprendió a identificar sus destrezas para emprender con éxito .
Opinión
“Las mujeres pueden hacer lo que quieran”
La mentalidad de nuestra sociedad es muy machista. Incluso, las mujeres muchas veces te dicen que no pueden hacer muchas cosas, que servimos solo para ciertas cosas. Y yo creo que lo que quieras podés hacer. Mi sueño es crear mi propio negocio, un taller mecánico con negocio de autorrepuestos y todo lo que se relacione con este ámbito.
Mi mensaje a las mujeres es que estudien, que busquen la manera. Luz María, oriunda de Santaní.