Tras 15 años de estancamiento económico, donde el PIB per cápita no pudo superar la barrera de los USD 1.000, el Gobierno de Nicanor Duarte Frutos tomó el control de un país en crítica situación económica, sin dinero para pagar sueldos y a punto de entrar en cesación de pagos de la deuda externa, que en 2002 llegó a representar el 44,2% del Producto Interno Bruto.
La gestión del ministro de Hacienda, Dionisio Borda, quien con el respaldo político de Duarte Frutos impulsó la despolitización del BCP y la recuperación de confianza hacia el sistema financiero, la cual venía en picada tras la serie de quiebras de bancos, que literalmente dejaron a muchos ahorristas en la calle.
También se iniciaron la reforma impositiva y las transferencias monetarias a sectores más vulnerables. Los resultados de estas políticas fueron los que cimentaron el crecimiento de los últimos años, y los buenos números macros dan confianza a los inversores.
Consultado sobre el tema, el ex presidente de la República destacó el acompañamiento político a la gestión económica y que, de ahora en más, se deben profundizar las políticas exitosas. “Ningún ministro, por más buena intención que tenga, sin el respaldo del presidente y más todavía en un partido como el nuestro (ANR), que siempre fue patrimonialista, con privilegios del Estado, no logra resultados”, acotó.
A diferencia de 2003, hoy la deuda externa representa 16% del PIB. Las reservas internacionales pasaron de USD 650 millones a 4.800 millones. El PIB per cápita, que mide el ingreso promedio de toda la población, se triplicó, pasando a más de USD 3.000.