La chipa realizó el viaje el jueves pasado en medio de un estudio que pretendía recabar datos de la atmósfera. El desafío también era que este alimento tradicional regrese íntegro.
El proyecto nació por simple curiosidad de ocho estudiantes de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y de Ingeniería Electrónica e Informática de la Universidad Católica. La exploración la hicieron como amigos de manera independiente con la intención de llegar a nuevas mediciones atmosféricas por medio de la tecnología.
En este caso, el deseo de los jóvenes era estudiar los efectos aerodinámicos del polietileno y de otros elementos que acompañaron a la chipa en la aventura espacial con ayuda de los expertos de la Dirección de Meteorología.
“La idea era ver cómo se comportaba el material en esa circunstancia y, de paso, pensamos en enviar un alimento que nos identifique y ver si podíamos regresarla a la tierra íntegramente”, contó a Última Hora Alejandro Kubina, uno de los universitarios que impulsó el proyecto.
La chipa viajó junto con una sonda meteorológica que recaba datos sobre la humedad atmosférica, la velocidad del viento, la temperatura, entre otros. El lanzamiento se realizó en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi y, luego de viajar por más de tres horas, cayó en medio de una plantación de arroz en Curuguaty.
El globo en que viajaba el tradicional alimento paraguayo cayó en manos de peones que trabajan en una estancia. Ellos, al ver la chipa en medio de equipos tecnológicos, se quedaron asombrados y guardaron la sonda.
“Estamos muy agradecidos por la solidaridad de los peones. Nosotros sabíamos que iba a caer en Curuguaty, pero no que estaría en medio de una plantación (entre risas). Los peones guardaron el equipo y nos lo entregaron sin problema alguno”, detalló Alejandro.
Cuando decidieron convertir la idea en realidad pensaron en enviar al espacio algo distintivo. Primero incluyeron al proyecto un mbeju, pero debido a su composición podía haberse desintegrado en el camino, entonces optaron por la chipa, que es más sólida.
“Enviamos la chipa como símbolo de la operación espacial. Queríamos llevar algo que nos represente como país y que los paraguayos se sientan identificados con eso”, agregó.
Durante un mes y medio los jóvenes analizaron cómo hacerlo. Estudiaron lo suficiente y trataron de concretar las mediciones justas para que la aventura logre su objetivo. “Investigamos muchísimo sobre la parte electrónica y el posicionamiento satelital de las cámaras para recuperar la cápsula”, dijo.
El desafío
El estudiante confesó que fue todo un desafío lograr que la chipa regrese a la tierra sin deshacerse. Tuvieron que calcular el diámetro del paracaídas y cuidar la velocidad del impacto, que fue de cinco metros por segundo.
La chipa espacial fue elaborada por doña Selva, quien desde hace 30 años cuenta con un negocio gastronómico cerca de la Catedral de Asunción. La mujer se mostró emocionada luego de saber que algo hecho por sus manos llegaría al espacio.
“Llegamos a ella gracias al padre Silvio Suárez. Doña Selva suele hacer chipa para el Arzobispado. Fuimos a su casa para contarle sobre el proyecto y de entrada nos dio gratis 10 chipas, una es la que viajó", sostuvo.
La Dirección de Meteorología y su bajo presupuesto
Hace 40 años la Dirección de Meteorología realiza lanzamientos diarios de sondas meteorológicas para recabar datos de la atmósfera. Forma parte de una Red Global de Vigilancia Atmosférica, que estipula que este procedimiento debe realizarse dos veces al día (por la mañana y la noche). Sin embargo, la falta de presupuesto le obliga a hacerlo solo una vez.
“Además de juntar datos, queríamos ayudarles a ellos (a la Dirección de Meteorología) para que la gente sepa que se hace esto y desde hace muchos años. Ojalá después de ello sus directivos le vuelvan a dar presupuesto”, remarcó el estudiante.
Cómo viajó la chipa
El viaje se realizó mediante un globo de dos metros de diámetro y se alcanzó una altura récord a nivel país de 30.329 metros, debido a la dimensión de la esfera. Meteorología nunca antes llegó a esta altura debido a que el vehículo convencional solo mide 1,5 metros.
La cápsula instrumental viajaba dentro del globo junto con tres cámaras Go Pro y la chipa. Gracias a ello, se pudo grabar el proceso de la aventura y ver una comida típica en el espacio.
“La idea es hacer de nuevo esto con otros objetivos de estudio; investigar, por ejemplo, sobre la radiación solar. Pensamos ya en probar nuevas cápsulas con otras técnicas aerodinámicas”, finalizó el universitario.
Estos fueron los estudiantes que participaron de este curioso proyecto: Alejandro Kubina, Juan Sartorio, Eusebio Gómez y Carlos Ortiz de las carreras de Ingeniería Electrónica e Informática de la Universidad Católica; mientras que Eduardo Riveros, Denis Roa, Víctor Galeano y Rodrigo Tamarasco pertenecen a la Universidad Nacional, de las carreras de Aeronáutica, Mecánica Automotriz, Informática y Arquitectura.
Los estudiantes agradecieron a los funcionarios de Meteorología Domingo Leguizamón, Víctor Mendieta y María Luz Irala por la ayuda y el asesoramiento para que el lanzamiento se vuelva una realidad.