31 ene. 2025

La hormiga y las cigarras

En una tradicional fábula infantil, una hormiga trabajaba arduamente todo el verano almacenando trigo para soportar el frío invierno que se venía. Mientras tanto, su vecina la cigarra se pasaba cantando. Cuando finalmente llegó el invierno, la cigarra hambrienta acudió a la hormiga a pedir comida. La hormiga le contestó que si durante el verano estuvo cantando, podía entonces dedicarse a bailar en el invierno.

Por Carlos Fernández Valdovinos (*)

El relato, atribuido a Esopo, nos enseña cómo el trabajo incesante se ve recompensado oportunamente y cómo la despreocupación puede ser muy costosa. Me vino a la mente esta fábula ahora que las economías emergentes se aprestan a enfrentar un escenario externo mucho menos benigno al existente desde el año 2003. Con menores precios de las materias primas y un encarecimiento del financiamiento externo, estos países corren serio riesgo de sufrir una desaceleración económica acentuada y retroceder en las conquistas sociales logradas recientemente.

No obstante, al igual que en la fábula, la sobrevivencia en condiciones más desfavorables dependerá de la preparación realizada durante los buenos tiempos. Felizmente, Paraguay ha venido fortaleciendo sus fundamentos macroeconómicos por más de una década, preparándose para el invierno como la hormiga del cuento. Ello coloca a nuestra economía en una posición privilegiada para enfrentar los vientos polares que se van originando en el escenario internacional.

El buen desempeño económico del país en años recientes se ha basado en cuatro pilares. Primero, un manejo prudente de las finanzas públicas y que, como resultado, llevó a una reducción de la deuda externa. Segundo, una sólida posición externa, lograda a través de la acumulación de reservas internacionales, lo que permite atenuar eventuales choques externos. Tercero, la fortaleza del sistema financiero, factor fundamental para facilitar el financiamiento del consumo y las inversiones. Cuarto, un entorno de estabilidad nominal, traducido en una inflación baja, estable y predecible durante este periodo.

Estas políticas macroeconómicas robustas serán nuestro mejor abrigo para superar, más cómodamente que otros países de la región, el duro invierno que se aproxima. La experiencia de mayo del año pasado es clara. Luego del sorpresivo anuncio del entonces presidente de la Reserva Federal de que las condiciones monetarias en Estados Unidos comenzarían pronto a normalizarse, se observaron mayores tensiones financieras en países que presentaban vulnerabilidades macroeconómicas importantes, como inflación alta o elevados desequilibrios externos.

Nuestro sólido marco de políticas permite que existan buenas perspectivas para la economía paraguaya en el 2015, a pesar de un contexto global y regional mucho menos propicio. Hasta recientemente el sector agrícola y las exportaciones eran fundamentales para explicar la dinámica económica del país. En adelante, serán los motores domésticos los encargados de sostener el crecimiento en niveles cercanos a su potencial.

Esta diversificación de los factores del crecimiento ya se pudo evidenciar en el 2014. La tasa de crecimiento del PIB este año estará básicamente explicada por el buen desempeño del sector secundario (industria y construcción) y los servicios. Por el lado de la demanda, el componente doméstico (consumo y, principalmente, inversión) será fundamental. Las condiciones están dadas para que esta misma dinámica se repita el año venidero. Con ello nuestro crecimiento económico alcanzaría el 4,5%, uno de los más elevados de la región y representaría el doble del promedio proyectado para América Latina (2,2%).

Adicionalmente, el “momentum” de la economía paraguaya es positivo. Los indicadores de corto plazo del BCP muestran un mayor dinamismo en meses recientes y ello permitirá comenzar el año en plena fase de aceleración de la actividad. La situación era completamente diferente a comienzos de este año, con una economía que venía ralentizada desde abril de 2013 por el fin del “boom” económico creado artificialmente por políticas públicas preelectorales. Evidentemente, será fundamental que el sector público no se constituya en arena para el engranaje y, por el contrario, sea un aceite que facilite el funcionamiento correcto de la maquinaria durante los primeros meses del año.

No obstante, algunos sectores seguirán mostrando una marcada debilidad debido a factores exógenos. Así, se espera que el comercio de triangulación en la frontera tenga nuevamente un año discreto dadas las perspectivas poco optimistas del crecimiento de la economía brasileña. Igualmente, las distorsiones creadas por un tipo de cambio dual en la Argentina serán un fuerte incentivo para el flagelo del contrabando, dañando la actividad de aquellos agentes que trabajan legalmente. Finalmente, los menores precios de las materias primas limitarán las “externalidades” positivas de la agricultura sobre los demás sectores.

Por el lado de la inflación, la política monetaria seguirá garantizando un marco adecuado al sector privado para que las inversiones que generan renta y empleo se concreten. El BCP ha venido implementando medidas para consolidar el esquema de metas de inflación adoptado desde el 2011. Los resultados han sido alentadores desde entonces, lográndose que las expectativas inflacionarias permanezcan ancladas y que los incrementos anuales de precios se sitúen por debajo de la meta establecida. Un nuevo e importante paso se ha dado con la decisión del Directorio del BCP de reducir la meta de inflación al 4,5% a partir del 2015. El nuevo objetivo está más acorde al establecido por los bancos centrales más modernos y sofisticados de la región.

Paraguay vive hoy uno de sus mejores momentos económicos. La exitosa colocación de bonos soberanos, a tasas y plazos inéditos, es solo una muestra de ello. No somos inmunes al contexto internacional, y en la nueva coyuntura hay una probabilidad importante de que los países emergentes se desaceleren fuertemente. No obstante, nuestros sólidos pilares dan espacio (si fuese necesario) para políticas contracíclicas y nos diferencian positivamente con respecto a los países vecinos. Estos fundamentos macroeconómicos serán el instrumento adecuado para enfrentar con éxito un ambiente externo más adverso.

La hormiga paraguaya ha trabajado por más de diez años para enfrentar el invierno que se aproxima. A pesar de que sus vecinas, las cigarras, disfrutaron del verano en este tiempo, la hormiga fue persistente en su labor. Estamos con suficiente comida y ropa de abrigo. Pobre de aquellos que en este momento únicamente cuentan con bermudas y camisillas.

(*) Presidente del Banco Central del Paraguay.