De acuerdo con el estudio, mientras que en los hogares cuyo jefe de hogar es un hombre, la pobreza llega al 23,2%, en tanto que en el caso de las mujeres jefas de hogar, la cifra es del 24,5%, destaca el documento.
Esta brecha se incrementa al tomar en cuenta las familias en el campo, ya que allí la pobreza llega a 32,2% y 35,6%, respectivamente.
“Un indicador relevante para estimar el grado de autonomía económica de las mujeres frente a los hombres y las desigualdades entre ellas es la inactividad, ya que esta situación va acompañada de la falta de ingresos”, apunta el documento.
En ese sentido, explica que la brecha entre hombres y mujeres es una de las mayores en este aspecto. El desempleo llega a 12,9% en hombres mayores a 18 años; en contrapartida, entre las mujeres asciende a 38%, según los datos recabados de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) y utilizados para este análisis de la pobreza con enfoque de género.
El estudio presenta recomendaciones orientadas hacia el Estado para ir reduciendo la pobreza y la desigualdad de género como el fomento de la investigación que permita conocer los obstáculos que impiden a las mujeres beneficiarse del crecimiento económico y de los servicios públicos.
Se debería considerar, además, de manera específica, todas las políticas, el enfoque de ciclo de vida y la existencia de diferenciadas estructuras de hogares según sea jefe o jefa. Las características demográficas de los hogares estructuran limitaciones y oportunidades que se entrecruzan con las consideraciones de género, reza el texto.
Sugiere igualmente la universalización de la cobertura de los programas de protección social dirigidos a reducir la pobreza y los problemas derivados de ella como la desnutrición, ausentismo escolar, exclusión de los servicios de salud, incentivando la participación y compromiso de todos los miembros adultos del hogar, no solo de la mujer jefa o madre.
Asimismo, plantea diseñar e implementar una política laboral que contribuya a la generación de trabajo decente y al aumento progresivo de la cobertura de la seguridad social, atendiendo los intereses y necesidades específicas de las mujeres.
El documento de trabajo fue encarado por los miembros de ONU Mujeres, Carmen Echauri y Verónica Serafini, con la revisión del PNUD.