Este jueves, Livieres cuestionó en su blog las orientaciones de la iglesia dirigida por el papa Francisco. “Dentro de la Iglesia, y últimamente desde algunas de sus más altas esferas, ‘soplan vientos nuevos’ que no son del Espíritu Santo”, dice parte del texto.
“La situación es gravísima y no soy yo el primero en advertir que desgraciadamente estamos frente al peligro de un gran cisma”, continúa.
En otro párrafo, critica al cardenal prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (cardenal Gerhard Muller) por su “pretensión utópica de hacer cambios de fondo en la práctica pastoral sin por ello afectar la doctrina católica sobre la familia”.
Siguiendo esta línea, menciona con “tristeza” al cardenal Kasper y la revista jesuita Civiltà Cattolica. Califica a estos como “activos propulsores que lideran esta confusión” en la iglesia de Bergoglio.
Kasper había apoyado una decisión que permitía dar la comunión a los divorciados. Según Livieres, esto crea desconcierto en la religión.
“Lo que antes estaba prohibido como una grave desobediencia contra la ley de Dios ahora podría quedar bendecido en nombre de su misericordia”, añade, refiriéndose a las supuestas sutiles interpretaciones de textos bíblicos e históricos que se realizan con el objetivo de “justificar lo injustificable”.
En las últimas líneas pide oraciones por el Papa, los obispos y los cardenales. Y añade: “Roguemos para que todos estemos dispuestos incluso a derramar la sangre en la defensa y promoción de la familia contra las tormentas del engaño y la idolatría de la libertad sexual del hombre frente a Dios”.
El obispo se instaló en la red a finales de setiembre. Asimismo reactivó su fan page en su cuenta de Facebook y habilitó una nueva página web, rogeliolivieres.info, desde donde ejerce la defensa de lo que él considera es su verdad.
Creó su página consciente de que ya no dispondrá del sitio oficial de la Diócesis de Ciudad del Este para divulgar lo que considera es su verdad desde su concepción personal.
Livieres tomó notoriedad luego de defender a sacerdotes acusados de pederastas que trabajaban en su diócesis, entre ellos Carlos Urrutigoity, quien fue investigado por supuestos casos de pedofilia en Suiza y EEUU.
Tras darse a conocer este caso, el ex arzobispo Pastor Cuquejo pidió una revisión de su gestión. Y Livieres, molesto por esta reacción, acusó a Cuquejo de homosexual.
El recientemente destituido monseñor también había sido acusado de desviar fondos público donados a su diócesis. Además llamaba la atención su decisión de nombrar a sacerdotes con pocos años de estudio desde su diócesis en Ciudad del Este.
El mismo Livieres había detallado en julio de este año que desde el 2010 empezó a sacar un promedio de 15 sacerdotes por año, cuando del Seminario Mayor salían solo 5.
El Vaticano, en respuesta a las acusaciones en contra de Livieres, había enviado a fines de julio una misión de investigación en la que participaron dos prelados, quienes tras comprobar la situación prepararon un informe remitido luego al papa Francisco. Fue este quien finalmente pidió destituir al verborrágico obispo de Alto Paraná.
Por disposición del Papa, Livieres solo puede oficiar de forma religiosa en reuniones privadas.