El regreso de los católicos a la Iglesia tiene acento argentino. Tras los seis meses de pontificado del papa Francisco, los feligreses que habían dejado de concurrir a las parroquias y capillas retornan para vivir la experiencia de fe, al lado de un Papa sencillo que se muestra como un Papa de la casa.
Los coqueteos del Pontífice número 266 a través de cartas de esperanza, homilías que “arman lío”, llamadas telefónicas sorpresivas en los momentos de mayor desesperación, motivan a los católicos a volver a misa, a volver a creer; y Paraguay, un país con 95% de católicos, no es la excepción.
El arzobispo de Asunción, Pastor Cuquejo, sostiene que este fervor que despierta el ex cardenal de Buenos Aires tiene que ver con la relación muy afectuosa del Papa con los paraguayos en Argentina y la admiración que siente por la mujer paraguaya y la Virgen de Caacupé.

Primavera. En la última Semana Santa, el aumento de confesiones llamó la atención del franciscano Mariosvaldo Florentino.
El hermano comenta que algunos llegaron incluso a decir que después de escuchar al Papa tomaron valor y se acercaron hasta el confesionario. “Algunos, después de muchos años, católicos que estaban alejados están acercándose”.
El efecto Francisco se hace evidente en los jóvenes, quienes después de la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Río de Janeiro, a mitad de año, transmitieron el cariño de Francisco a los que no pudieron asistir.
El franciscano considera que el sucesor de Pedro da un nuevo respiro a la Iglesia y hasta cuestiona constantemente a sacerdotes, obispos y laicos sobre el compromiso de evangelizar.
El religioso cree que Francisco “está generando una nueva primavera en la Iglesia no solo aquí, también en Europa, donde las estructuras estaban bastante desgastadas”.
El último gesto papal hacia el Paraguay fue una carta en la que pidió a los adolescentes de Caveví seguir adelante. Una posible visita suya no se descarta. La invitación de los obispos sigue vigente.