El Auriazul superó un mal momento y luego dio vuelta el marcador.
San Lorenzo es un equipo equilibrado en todas sus líneas, pero carece de contundencia.
El Santo bien temprano se puso al frente del marcador ante un Luqueño dubitativo.
Fue Gerardo Arévalos el que ganó el fondo y envió un centro a media altura, allí estaba Carlos Ruiz Peralta para definir con mucha suerte, el balón tuvo una rara trayectoria por el mal estado del campo, engañando por completo al portero Arnaldo Giménez.
Después San Lorenzo manejó bien las acciones, porque Luqueño fue a buscar la paridad. Que la consiguió.
Con carácter. Su falta de un buen fútbol colectivo, Luqueño la suplió con un gran carácter. Y fue de esa manera que consiguió crear buenas opciones. Tras una jugada en el área, al lateral izquierdo Hugo Aquino le pegó el esférico en el brazo y el juez Mario Díaz de Vivar no dudó en sancionar el penal.
El capitán de Luqueño, José Leguizamón se encargó de canjear el disparo desde los doce pasos por el gol.
Esta situación levantó el ánimo de los auriazules y San Lorenzo nunca encontró en su caja de herramientas para corregir los inconvenientes que le creó el adversario.
Luqueño perseveró y consiguió su anhelado premio. Carlos Ruiz Peralta lo frenó con una clara falta en el área a Guido Di Vanni y nuevamente el juez cobró el penal. Otra vez Leguizamón capitalizó la ejecución para dar el triunfo a su equipo. Luqueño golpeó al Santo y escala en la tabla de posiciones.