28 abr. 2025

Macri y la esperanza llamada Yacyretá

Por Miguel Benítez @maikbenz

Por Miguel Benítez @maikbenz

Por Miguel Benítez @maikbenz

Parecerá trillado tocar en forma frecuente este tema, cansino hasta el punto de poner nerviosas a nuestras autoridades de turno, pero si no se ahonda responsable y asiduamente en el problema llamado Yacyretá, en el futuro podremos estar lamentándonos por otras cuatro décadas de manejo desprolijo e “injusto para el Paraguay”. Y pongo estas comillas justamente porque muchos compatriotas adjudican el dilema de la EBY solamente a Argentina, siendo que las razones de esa encrucijada también están en este lado del charco, en la margen derecha, en nuestro país.

Cuando se confirmó la victoria de Mauricio Macri, algunos políticos, técnicos y, por supuesto, parte de la ciudadanía, se sintieron entusiasmados porque ven en el nuevo presidente argentino una esperanza, una oportunidad para resolver la situación de Yacyretá. Es normal y lógico que se tengan estas perspectivas, que se espere una mejora en las relaciones, considerando que se trata de un emprendimiento binacional. Sin embargo, no hay que creer que es un mesías y que con su pluma Paraguay gozará automáticamente de los privilegios largamente negados.

Macri es argentino y además es un empresario de larga trayectoria. Como tal, va a priorizar las necesidades de su pueblo, es lo más básico que se puede aguardar. No hay que olvidar que la EBY es una empresa, si bien sus ingresos deben ser iguales a sus egresos, como indica el Tratado, es previsible que una Argentina sumida en una crisis energética quiera seguir llevando la mayor cantidad de energía y pagando el menor precio posible.

El éxito de Paraguay en las conversaciones con los argentinos depende exclusivamente de sus representantes. Colocar a políticos o personas poco idóneas (por prebendarismo) a la cabeza para dialogar con técnicos y empresarios argentinos, solo hará que sigamos chocando contra un muro y nuestras reivindicaciones se seguirán dilatando. Durante la administración Kirchner, los representantes rioplatenses en la EBY prácticamente no se cambiaron, mencionando como ejemplo al director ejecutivo Óscar Thomas. Entonces, ¿cómo los argentinos no conocerán al dedillo toda la información de Yacyretá? Por otro lado, nuestros, cada tanto nuevos, referentes tienen que leer la historia y empezar desde cero.

En casi dos años, poco o nada se avanzó en la revisión del Anexo C del Tratado. Desde el 27 de marzo de 2014, los negociadores paraguayos conversaron sobre el Anexo A para implementar la cogestión paritaria. Una cogestión que no era necesaria considerando que el art. 15 de ese mismo documento ya determina la alternancia en la Dirección Ejecutiva. Si nuestros gobernantes fuesen más “patriotas” (como les gusta llamarse), habrían hecho respetar las letras en estos cuarenta años y habrían manejado los hilos de la EBY, obteniendo los documentos contables respaldatorios y defendiendo nuestra posición.

Pero siempre se puede encaminar el rumbo. Aún están a tiempo de determinar la fijación de la tarifa (Anexo C o Nota Reversal de 1992) para empezar a enderezar el descalabro financiero. Clarificación de las deudas, obras complementarias, resarcimiento por territorio inundado al Paraguay de USD 1.000 millones, utilización ecuánime de la energía y hasta el pago a tiempo por cesión. Todo esto se podrá conseguir si en vez de esperar la venia de Macri, se ponen realmente los esfuerzos en Paraguay.