“Nadie pasó lo que él (Edelio) está pasado”, dijo, haciendo referencia a que este secuestro es considerado como el más largo de la historia en el país.
“Mil días de angustias, mil días de ausencias, mil días de espera y mil días de lágrimas”, inicia su lectura de la carta Obdulia, con voz entrecortada y un rostro triste, atajándose para no llorar.
“Duelen tanto los días sin ti, pero estamos fuertes y esperándote cada día, aunque tu larga ausencia es muy profunda, te pido que aguantes todo lo que puedas, que Dios y la Virgen estarán siempre protegiéndote (sic)”, indica el escrito.
En ese sentido, clamó “liberen a mi hijo en nombre de Dios”, además de solicitar “una respuesta, una señal de vida, una esperanza”.
Por último, pidió al presidente Horacio Cartes, al ministro del Interior, Tadeo Rojas, y al comandante de Policía, Críspulo Sotelo, que no abandonen nunca a su familia.