EFE
“Siento que venimos de una sociedad extremadamente conservadora”, declaró en una rueda de prensa posterior a la gala de entrega de premios, al tiempo que precisó que en Paraguay “no hay historia de cine”.
El simple hecho de rodar una película de Paraguay ya “es un gran triunfo”, dijo, y agregó que lograr reunir el dinero para hacer precisamente el filme que querían hacer “es como un milagro”.
Señaló que fue “duro” para el equipo al comienzo avanzar con el proyecto al ser la paraguaya “una sociedad extremadamente conservadora” y estar su filme “lejos de lo que se espera” en Paraguay de una película.
Al mismo tiempo, Martinessi dijo haberse preguntado muchas veces cómo habría sido la carrera de la actriz Ana Brun, ganadora del Oso de Plata a la mejor actriz, “si hubiera nacido en un país donde el cine es una profesión normal y no un milagro”.
El filme debut de Martinessi narra la historia de dos mujeres, Chela, interpretada por Brun, y Chiquita (Margarita Irún), quienes tras décadas viviendo en pareja deben separarse por tiempo indefinido, mientras venden pieza a pieza muebles y cubertería de la casa que heredaron.
En esta película, la primera de Paraguay a competición en la historia de la Berlinale y coproducida con Uruguay, Brasil, Francia, Noruega y Alemania, está presente no sólo la diversidad sexual, señaló Martinessi.
Dar a las mujeres un “papel central” a la hora de construir una historia que transcurre “en una sociedad latinoamericana muy machista” fue para el equipo “extremadamente interesante”, subrayó.
“Venimos de un país con dictadores, con grandes autoridades que son siempre hombres”, afirmó el cineasta, quien destacó el esfuerzo del filme en “mostrar de qué manera las mujeres han reproducido de muchas formas el machismo” de esa sociedad.
La propia Brun señaló que “la película cuenta la historia de una mujer que se va transformando en muchos aspectos": en el sexual, en el político y en el social.
Agregó que se inspiró un poco en su abuela para imaginarse que “esa era la vida de Chela”, y subrayó que se sintió identificada con ese “encierro permanente” de las mujeres en la sociedad que también a ella le tocó vivir.
Recordó que cuando ella era una adolescente “las mujeres no hablaban, no participaban de las conversaciones de los adultos, no se hablaba de política, no se hablaba de sexo, no se hablaba de novios, no se hablaba de hombres”.
Confesó que ella “siempre escuchaba tras las puertas” y se daba cuenta de que todas las mujeres se juntaban a escondidas para hablar, “todo en secreto”.
Por otra parte, se declaró “una mujer que tiene mucha historia”, que ha tenido “muchos cortes en la vida”, “muchos dolores” y que tiene “muchas cicatrices”, pero que “absolutamente siempre salía adelante” porque siempre se decía que no se iba a rendir.
“Y aquí me ven tan contenta”, con más de 60 años, “recibiendo este premio”, dijo, y concluyó que eso quiere decir que todo eso que pensaba siempre de que no se iba a rendir “dio su fruto”.
Además de sus Osos, “Las herederas” recibió el premio de la Federación Internacional de la Crítica (FIPRESCI) para las películas de la sección oficial a competición, y un premio de los lectores en la gala de los Teddy.