El argumento de McCartney se basa en la enrevesada y varias veces modificada legislación estadounidense sobre el copyright (derechos de autor) que, según la interpretación del famoso roquero, le permitiría recuperar a partir de 2018 la propiedad de sus canciones escritas a cuatro manos con John Lennon para The Beatles.
Entre esos temas que son parte del pleito se encuentran éxitos de los de Liverpool como “Love me do”, “Can’t buy me love”, “Ticket to ride”, “Yesterday”, “Hey Jude” o “Let it be”.
De acuerdo con el texto de la demanda presentada en un juzgado federal de Nueva York, McCartney comunicó desde el 2008 y en repetidas ocasiones a Sony/ATV, poseedora del catálogo de The Beatles tras varias compras y ventas a lo largo de las décadas, su intención de recuperar el control legal de esas canciones.
Una revisión de 1976 de la legislación estadounidense sobre el copyright estableció que aquellos artistas que vendieron sus derechos de autor a terceros antes de 1978 podrían retomar los mismos 56 años después de la creación de esas obras.
Dado que las primeras canciones de The Beatles datan de 1962, McCartney cree que a partir del 2018 podría hacer efectiva esa cláusula legal.
“Puesto que el primer vencimiento (de los derechos de autor vendidos) tendrá efecto en el 2018, es necesaria y apropiada una declaración judicial en este punto para que McCartney pueda confiar tranquilamente en sus derechos”, apuntó la demanda.
Un portavoz de McCartney afirmó que el propósito de su acción legal es “confirmar” sus derechos de autor de acuerdo con la reversibilidad del “copyright” en EEUU. EFE