Milagros fue asistida por la rescatista Liza Laílla, quien la encontró en grave estado, con golpes en varias partes del cuerpo, sin poder moverse y sin poder abrir los ojos. Laílla había señalado a Última Hora que tenía señales de haber sido arrastrada y posteriormente tirada al basural.
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Tras rescatarla, Milagros fue atendida en una veterinaria del lado brasileño, donde fue medicada y dio señales de mejoría. Sin embargo, su estado era delicado: tenía un cuadro de anemia, deshidratación y golpes en todo el cuerpo.
La perra debía además someterse a una cirugía de los ojos, ya que no los abría, y además podía perder una de sus patas, la cual permanecía inflamada por los golpes.
“Esa mirada de anoche, esos ojitos de gratitud, ese cariñito que me diste ¿era una despedida? Me retribuiste amor, porque yo también necesito fuerzas para seguir luchando por los sin voz. Te pido perdón por no haber hecho más. Tu existencia sirvió para que muchos demostráramos que aún hay humanos que desde la distancia, sin conocerte y sin tocarte, te transmitieron amor. Descansa pequeña, jamás te olvidaremos”, escribió Laílla desde su cuenta de Protección Animal en Facebook.