En los brazos de su niñera paraguaya, Emily Bigelow Nalley aprendió palabras en guaraní, tomó tereré por las mañanas y alentó a la albirroja en los partidos más difíciles. La niña neoyorkina, hija de Claire y Richard Nalley, vivió con un linfoma hasta los cuatro años. Falleció en el 2006.
En honor a los años vividos por la pequeña y a los momentos que pasó en el país, sus padres construyeron un albergue para los niños y adolescentes que siguen un tratamiento contra el Cáncer en el Departamento de Oncología Pediátrica del Instituto Nacional del Cáncer (INCAN), Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
El albergue se llama “Posada Emily” y está listo para dar abrigo a familias de escasos recursos venidas de puntos distantes del interior del país. El predio tiene seis habitaciones amobladas, baños, comedor, sala de reunión; un amplio jardín con árboles y un aljibe antiguo.
Claire y Richard Nalley crearon “Manitos USA”, una fundación con sede en Nueva York que tiene como lema central “Helping children with Cancer in Paraguay” (Ayudando a los niños con Cáncer del Paraguay). Un año atrás visitaron el INCAN, preguntando qué se necesitaba. Y para levantar el albergue, se unieron a la organización paraguaya con mayor trayectoria en ayuda a los pequeños con Cáncer: La Fundación “San Peregrino”.
“Tuvimos una hija llamada Emily que perdió su vida a los cuatro años por un linfoma. Ella tuvo el mejor cuidado médico que el dinero puede comprar y fue tratada en las mejores condiciones; y, aun así, puedo decir que al visitar el INCAN, a donde llega mucha gente de pocos recursos económicos, sentí que todas las madres de niños con cáncer son iguales a mí y que el sufrimiento que significa para cualquier familia pasar por esto, necesita ser reconocido”, expresó Claire Nalley.
La norteamericana dijo que el aporte que realizaron con el albergue es por los cuidados que tuvo la enfermera con su hija fallecida. “Quisimos ayudar a la gente de este país al que amamos porque nuestra querida Vicky cuidó de nuestra hija hasta que tuvo 3 años y le dio todo el amor que ella tenía dentro. Quisimos devolver ese amor a este país”, manifestó.
Acerca de la futura organización de la posada, la pareja afirmó que trabajarán con el hospital. “Trabajaremos directamente con el Departamento de Oncología Pediátrica del Hospital y con la Fundación San Peregrino, que estará administrando el día tras día y decidiendo qué niños necesitan quedarse aquí y viendo qué ayuda podemos brindarles”.