“Simplemente quiero celebrarlo estando con mi divino esposo (Keith Urban), mis hijas (Sunday, de ocho años, y Faith, de seis) y mi hermana (Antonia)”, dijo al portal E! Online recientemente la actriz, casada desde 2006 con el cantante de country nacido en Nueva Zelanda.
En Los Ángeles (California) presentó recientemente su nueva película, The Beguiled, con la firma de Sofia Coppola. Ese es un nuevo ejemplo de la resurrección artística que vive Kidman tras su nominación al Oscar por Lion y el enorme éxito de la miniserie de HBO Big Little Lies.
Además, en el futuro le esperan proyectos como Aquaman (será la reina Atlanna, la madre del superhéroe) y la versión estadounidense de la cinta francesa The Untouchables.
Aquella melena rizada y pelirroja surgida de Hawái, criada en Sydney y descubierta para el mundo por Phillip Noyce en Dead Calm (1989) no tardó en llamar la atención de Tom Cruise, a quien conoció durante el rodaje de Days of Thunder (1990).
Ya como marido y mujer, decidieron adoptar dos hijos (Isabella Jane y Connor) y rodar juntos Far and Away (1992) y Eyes Wide Shut (1999), la última película de Stanley Kubrick.
Entre medias, la actriz ya había dado buena cuenta de su talento por sí sola en My Life (1993), To Die For (1995) o The Portrait of a Lady (1996), pero fue tras su separación en 2001 de Cruise –nunca bien explicada, aunque muchos apuntan al papel que jugó la Cienciología– cuando su carrera evolucionó y alcanzó un nivel a la altura de las grandes damas de la interpretación.
RECONOCIMIENTOS. Logró su primera candidatura al Oscar con el musical Moulin Rouge! (2001), emocionó con su trágica historia en The Others (2001) a las órdenes del español Alejandro Amenábar y ganó el premio de la Academia con su inolvidable papel de la escritora Virginia Woolf en The Hours. Aquella fue la cima de Kidman, una época donde compaginaba grandes riesgos artísticos (Dogville, de Lars Von Trier, en 2003) con apuestas claramente comerciales (Cold Mountain, 2003).
No obstante, esa etapa dio pie a unos años donde perdió la brújula de su carrera con proyectos inanes (The Stepford Wives, Bewitched, The Invasion) mientras, en paralelo, surgía la polémica sobre su abuso del bótox. Lo cierto es que Kidman ha venido recuperando el prestigio con Nine (2009), su tercera candidatura al Oscar (The Rabbit Hole, 2010) y obras tan provocadoras como The Paperboy (2012), de Lee Daniels, o Stoker (2013), de Chan-wook Park.
Su último gran papel hasta la fecha, Big Little Lies, que podría depararle, además, su primer Emmy, un premio para el que parte como gran favorita y para el que ya fue nominada por Hemingway & Gellhorn (2012). EFE