En un discurso en la Knesset (parlamento) con motivo de una conmemoración de la guerra israelo-árabe de 1973, el primer ministro advirtió que una de las lecciones de este conflicto, a inicios del cual Israel fue tomado por sorpresa, es “tomar en serio a sus enemigos y nunca descuidar los signos de peligro. Nos es prohibido renunciar a un ataque preventivo”, advirtió.
El 1 de octubre, ante la Asamblea General de la ONU, había afirmado que Israel actuaría solo si era necesario.
“Tales ataques no deben hacerse automáticamente (...), pero hay situaciones en las que las reacciones internacionales a tal iniciativa no valen el precio de sangre que pagaremos sufriendo un ataque estratégico al que nos veremos forzados a reaccionar, y tal vez muy tarde”, argumentó.
“Una guerra preventiva es una de las decisiones más difíciles que un Gobierno debe tomar, pues nunca se podrá probar lo que habría pasado si no hubiéramos actuado”, agregó.
Israel amenaza regularmente con ataques contra las instalaciones nucleares iraníes, para impedir a Irán de dotarse de armas atómicas. AFP